Un grupo de vecinos de Soto de Luiña ha organizado hoy, a las doce del mediodía, un encuentro para limpiar las piedras que aparecieron en la playa de San Pedro de la Ribera (Cudillero) tras los últimos temporales. Las marejadas hicieron desaparecer parte de la arena de esta concurrida playa y en su lugar dejaron numerosas piedras. La Demarcación de Costas limpió los materiales que aparecieron en la zona alta de la playa, pero no actuó en primera línea del arenal.

La portavoz del movimiento, Marisa de la Rúa, considera que con este gesto, "aportamos nuestro granito de arena". Vecinos, usuarios y empresarios de la zona están muy preocupados por el paisaje de la playa. De hecho, temen que este nuevo escenario de piedras provoque la huída de los turistas. El Ayuntamiento, en manos del PSOE, asegura que "todo lo que se pudo hacer, está hecho". La presidenta de la gestora socialista que gobierna en Cudillero, Olga Fernández, confía en que los movimientos naturales devuelvan la arena, si bien no descarta solicitar más actuaciones al Gobierno central y al Principado. Los usuarios de la playa y los vecinos de Soto de Luiña no están satisfechos con esta postura. La quedada de hoy, además de limpiar la playa, pretende "mover conciencias".

Las piedras que se acumulan en el arenal, especialmente visibles durante las bajamares, hacen más peligroso el baño y, además, han cambiado la postal que ofrecía el arenal y al que están acostumbrados los bañistas. No hay que olvidar que la playa de San Pedro de la Ribera es una de las más visitadas del concejo cudillerense, junto a la vecina de la Concha de Artedo. En los últimos años ha obtenido la bandera azul y dispone, asimismo, del distintivo "Q" de calidad. Los organizadores del encuentro de hoy no están dispuestos a perder estos reconocimientos y tampoco la popularidad que ha ganado la playa con el paso de los años.

El Gobierno central, a través de la Demarcación de Costas, ha dado por concluidos los trabajos de acondicionamiento de la playa, como ocurrió con otras del Noroccidente. La temporada estival empieza dentro de un mes y cinco días. Para entonces, los arenales de la comarca disfrutarán de los servicios habituales, según garantizó el Gobierno de Mariano Rajoy después de conocer las consecuencias de las marejadas de febrero.