Iñaki Gabilondo va y afirma: «Aznar tenía razón y yo no. La solución de ETA está, pues, en la Policía, en los jueces».

El Roto, a su vez, pinta en su viñeta a dos personajes que dicen:

-Recuerda que te pagamos una pasta para que recomiendes recortes salariales.

-¡Descuide, jefe!

Y la Bolsa cierra este medio año en curso, terrorífico, catastrófico y espantable, ¡ganando el 6 por cierto!, de manera que el Ibex 35 es el índice más rentable del primer mundo, y eso que España supera en paro a Italia y Francia juntas, que suman tres veces más población.

Conclusión: estamos asistiendo precisamente en estos días del cambio de semestre a un giro copernicano, incluida la Bolsa, porque, ojo, esas variaciones en el parqué siempre son dobles, así que la caída, aunque tardía -ya se sabe, suele tocar a finales de mayo- creo que no hay quien demonios la pare, ni las llamadas manos fuertes ni los comentaristas que decía El Roto refiriéndose al mercado laboral, ni siquiera fray Gabilondo, el hermano del ahora arrepentido, y su metafísica para ingenuos comulgantes.

En realidad el cambio viene de mucho más atrás. Digamos que de la primavera del año pasado, cuando los poderes fácticos -internacionales, naturalmente-, viendo la que se avecinaba, con una crisis económica tremenda sobre una nación rota, dijeron basta ya.

ZP comenzó a girar -a la fuerza ahorcan- desde la extrema izquierda a la izquierda, y Rajoy, sencillamente, licenció a la oposición. Ahí están las declaraciones de fe española de los socialistas que un cuarto de hora antes aún decían que el concepto de nación era discutido y discutible, y a la vista esta la desmovilización absoluta ordenada por los populares.

Con este salto de semestre simplemente se comprueba hasta qué punto está maduro el proceso de cambio: los líderes de opinión progres adoptan las tesis de la derecha y hasta muerden la mano que les da de comer, y los dineros se vuelven tan locos que parecen cuerdos.