Cuando redacto estas líneas quienes tienen sus ahorros en acciones bursátiles ya son entre el veinticinco y el treinta por ciento más pobres. Es otro colectivo que padece la falta de credibilidad y confianza del Gobierno Zapatero a nivel mundial. No quiero alarmarles, un gran empresario y entrañable amigo ya fallecido, me decía: «Todo lo que baja sube». Nos dirigimos de forma inexorable hacia la sociedad subsidiada. Es decir, extender a la mayor parte de España el «modelo Andalucía», que garantiza al PSOE gobernar aquella hermosa tierra, desde hace 30 años. Por esa razón Merkel, Obama y Sarkozy han convertido la España de ZP en un protectorado. ZP no es de fiar, es un político irresponsable que necesita protección y guía. Las medidas impuestas por Bruselas se las había negado a Rajoy, dos días antes. Durante años venimos alertando del peligro ZP en estas queridas páginas. No tiene ningún mérito. Mérito el de los 11 millones de españoles/as que volvieron en mayo de 2008 a votar al sonriente leonés. Emocionante fidelidad, cuando en el PSOE hay varias alternativas de gran nivel y confianza.

El Gobierno socialista de ZP era el único en los últimos 60 años que anteponía la ideología a las soluciones económicas que exige cada momento. Así, en 1959 el régimen franquista abandona la vía autárquica y desde el plan de estabilización y con las aportaciones del millón de emigrantes en Europa, se inician tiempos de gran progreso y desarrollo. Hasta 1973 España y Japón tienen las más altas cotas de crecimiento a nivel mundial. Así, en 1978, todos los partidos para superar la grave crisis del petróleo firman los «pactos de la Moncloa» propiciados por el Gobierno de UCD y su vicepresidente, Enrique Fuentes Quintana. Así, en 1982 Felipe González y Carlos Solchaga acometen con decisión y valentía la reconversión industrial. En sus 14 años de gobierno soportó dos huelgas generales. Así, en 1996 el Gobierno Aznar tiene que superar el 22% de paro, las exigencias europeas para entrar en el euro y sin fondos para abonar las pensiones de Navidad. El equipo dirigido por Rodrigo Rato toma las dolorosas medidas y se alcanzan los ocho años de más progreso y bienestar. Es la herencia que recibe ZP en 2004.

Como siempre, los empleados públicos y nosotros, los jubilados, cargaremos con los gastos evitables de televisiones autonómicas, chiringuitos variados, asesores viajes, etcétera. Los grandes maestros como el profesor Velarde destacan que el sacrificio de poco valdrá si no se acompaña de reformas estructurales en el mercado de trabajo y en el complejo mundo financiero. Si no hay créditos, no hay empresas ni empleo. Es de esperar que el 5% de rebaja salarial a los empleados públicos será proporcional a los ingresos. Sería una injusticia intolerable aplicar idéntico descuento a quienes ingresan al año entre dos y cinco millones de pesetas y a los que ingresan entre 10 y 15 millones de pesetas. Como somos un protectorado, si se comete tal injusticia, lo denunciaremos a Bruselas.

Posdata. La señora Leire Pajín (dicen que cobra tres sueldos) nos había anunciado que durante la Presidencia de ZP en la Unión Europea tendría lugar un «acontecimiento de interés planetario». El fenómeno, en pocos días, ZP y todos los senadores con auriculares. En el Senado se comunicarán en castellano, valenciano, catalán, gallego y euskera. La imagen es propia de la inolvidable película «Sopa de ganso» de los hermanos Marx. ¡Qué país!