No hay gobierno en el Principado ni se vislumbra tras las elecciones convocadas por Cascos, aunque es cierto que tampoco lo ha habido en los ocho meses que las precedieron. Estamos como estábamos pero con la inquietante amenaza de que todo puede empeorar si es que antes no existe una voluntad sincera de arreglarlo.

Lejos de ello, el escenario poselectoral es un paradigma de lo absurdo. El señor que ha ganado las elecciones ha hecho mutis por el fondo mientras que el que las ha perdido acapara los focos y se muestra dispuesto a llegar acuerdos con su viejo partido, que hace sólo unas horas formaba parte del PPSOE. ¿Se acuerdan del PPSOE? ¿Cómo no se van a acordar si ha sido el mantra de Foro en la campaña electoral?

El PPSOE definía, en palabras de Cascos, la afinidad entre socialistas y populares, un pacto fantasmal por intereses bastardos. Del «duernu», llegaron a bautizarlo los turiferarios del casquismo. Sin embargo ahora, aunque nada ha cambiado y la candidata popular sigue siendo la misma, ante la posibilidad de pasar a la historia como el presidente que convoca unas elecciones para perderlas, Cascos está poniendo en marcha una nueva caja de truenos llamada PPForo ¿O habría que llamarlo PPFAC?

El caso es que el perdedor de las elecciones aspira a doblegar la voluntad de las urnas -no he querido referirme a la voluntad popular para evitar dobles interpretaciones- mientras el ganador, en vez de llevar la iniciativa que le corresponde, da la impresión una vez más de querer quitarse de en medio. El candidato del PSOE ha sido el vencedor y su partido ganó por un amplio margen de votos y de escaños. El recurso no cambia las cosas, sólo hace que enturbiar el pronunciamiento de los asturianos. Si hubiese unas leyes más respetuosas con el votante, Javier Fernández ya sería presidente del Principado. Igual en contra de sus más íntimas apetencias, pero lo sería.

El PP y UPyD están jugando a ver quién es el primero en mojarse. Los populares esperan que sea el partido de Rosa Díez y al contrario. En eso se resume este perezoso y necio atardecer de la política en Asturias.