Un estudio técnico acerca de la estructura organizativa del Ayuntamiento de Gijón que no deja en buen lugar a los mandatarios municipales, ni a los actuales ni a quienes les precedieron, ha desatado esta semana una tormenta en la Casa Consistorial a causa de la severidad de sus conclusiones.

"La estructura administrativa, el sistema de puestos de trabajo e incluso la cultura y valores de la organización no pueden continuar como hasta ahora. El modelo actual está agotado o, cuando menos, es obsoleto", señala el estudio, cuya autoría corresponde a la firma Consultores de Gestión Pública y en el que se critica también que la conformación de la plantilla, que integran 1.400 empleados -sin contar a los trabajadores de las empresas municipales de autobuses, limpieza y aguas-, "se ha basado, mayoritariamente, en la satisfacción de necesidades individuales, compromisos y formas de gratificación que la Administración no ha sabido solventar por otras vías".

El informe revela que el Ayuntamiento de Gijón tiene 226 puestos de trabajo diferentes y que el 78% de esos puestos son unipersonales. Sólo en jefatura existen 14 tipos de cargos distintos, lo que pone de manifiesto un modelo organizativo que opta con frecuencia por el abuso a la hora de crear cargos a medida por amiguismo o enchufismo.

Los autores denuncian la existencia de "jefaturas ficticias", una "inflación jerárquica" con jefes sin personal a su cargo y servicios que nacen por presiones políticas y no por necesidades objetivas. Un disparate que debería causar sonrojo al mando político municipal, tan proclive durante años a ofertar puestos mediante la cuestionable fórmula de la libre designación por delante del concurso de méritos.

Si bien no es el actual equipo de gobierno, de Foro Asturias, el máximo responsable de este desaguisado administrativo, sí cabe poner en el debe del equipo que preside Carmen Moriyón no haber hecho gran cosa para acabar de una vez por todas con prácticas heredadas de los anteriores gobiernos de la izquierda local, que durante tres décadas gestionaron el Ayuntamiento premiando a sus afines y pasando por encima de cualidades inherentes a la ocupación de un puesto público, tales como la capacidad y el mérito.

Foro llegó al poder local con ánimo de cambiar viejos vicios instalados en el Ayuntamiento, pero a la vista del resultado del estudio de consultoría ha fracasado en el intento o se ha dejado llevar por la inoperancia.

El equipo gobernante tiene ante sí la tarea de poner orden en el entramado administrativo municipal y erradicar de una vez por todas prácticas que rayan con el nepotismo. Hay que acabar con la arbitrariedad y dar paso a la meritocracia, garantizando que la calidad profesional y la excelencia sean el fundamento de las designaciones de cargos en el Ayuntamiento para garantizar un funcionamiento más eficiente de la Administración local, agilizando sus estructuras y optimizando sus procedimientos.