Actor, se retira de los escenarios con «La Marquesa de O»

David ORIHUELA

Hace ya medio siglo que Juan José Otegui subía desde su casa en Teatinos hasta la Universidad, para asistir a las clases del Teu (Teatro Universitario). Al pasar ante el teatro Campoamor pensaba cómo sería actuar allí. Poco después, asistió a una función y comprobó que el patio de butacas y aquellos pisos «era un espectáculo». Otegui regresará a su teatro fetiche dentro de una semana. El sábado, a las ocho de la tarde, hará el papel del coronel en «La Marquesa de O», obra en la que comparte protagonismo con Amaia Salamanca. Será su último trabajo, ya que Otegui ha decidido retirarse de las tablas.

-Su última obra.

-Me estoy retirando desde que empezamos con esta obra en octubre pasado. Me estoy despidiendo de toda España, y mi última función en Oviedo será el sábado. Después del verano nos queda un mes en Barcelona.

-Se despide del Campoamor, ¿nervioso?

-Tengo respeto y miedo. No estoy nada seguro de que pueda reprimir las lágrimas. Quiero aprovechar para mandar un recuerdo a Pepe Rivalla, Enrique García y Pérez las Clotas. Son personas a las que tengo mucho cariño y a las que me gustaría ver, pero me cuesta mucho localizarles. También quiero enviar un abrazo a todo Oviedo.

-¿Está seguro de su retirada?

-Cuando Magüi Mira, directora de la obra, me llamó para encabezar el reparto, leí el proyecto y me gustó mucho el personaje, porque es divertido y entrañable, es un perdedor muy tierno. Pensé que era el personaje ideal para retirarme, porque no es impresionante y tampoco es un bodevil cualquiera. Me pareció adecuado. Además, he tenido la suerte de asistir al nacimiento de una gran estrella del teatro que será Amaia Salamanca. Lo importante no es su belleza, que la tiene, sino su enorme talento.

-Magüi Mira dice que no se cree lo de su retirada.

-Lo ha tomado como una coletilla y lo dice en todas las ruedas de prensa, pero estoy seguro de que éste es el momento adecuado para dejarlo.

-¿Cuáles son los motivos?

-Me retiro en plenas facultades. Hace muchos años dije que lo dejaría cuando perdiese la ilusión, pero al final no ha sido así, no he perdido la ilusión. Me retiro con la vocación intacta.

-Entonces, ¿por qué lo hace?

-Hay que retirarse antes de tropezar con los muebles y de que te falle la memoria. Además, después de 49 años, voy a dar una alegría a todos los que no les guste como actor.

-¿Tiene miedo a tropezar con los muebles?

-Tenía un amigo que decía que con el fútbol se explica todo en la vida. En este caso es como ver a grandes jugadores arrastrándose por campos de primera regional. Yo no he sido un gran actor, pero por respeto a mi mismo, al público y a mis compañeros, no quiero llegar a ese momento.

-Un final inevitable, haga balance.

-Estoy contento, porque siempre he intentado hacerlo lo mejor posible. Si no ha sido así es por carencia de talento, no por falta de ganas o trabajo.