Diana DÍAZ

El teatro Campoamor se vestirá de largo esta tarde (20.00 horas) para recibir a los diez favoritos de la lírica. Carlus Padrissa, director de «La Fura dels Baus», es uno de los galardonados que recibirán su estatuilla de «La gitana de París», en una gala que sirve de colofón a unos premios que reconocen, anualmente, el trabajo de los profesionales de la ópera y la zarzuela. La televisión del Principado de Asturias emitirá el acto en diferido a medianoche.

Carlus Padrissa fue el responsable escénico de la tetralogía de «El anillo del Nibelungo» de Wagner que, sin precedentes en España, se levantó para el Palau de les Arts de Valencia y ha sido reconocida por los premios líricos. Así, Padrissa viajará hoy desde Varsovia, donde dirige «Les Troyens» de Berlioz, para recoger en Oviedo su galardón al mejor director de escena.

«La Fura dels Baus» vive su mejor momento. La compañía catalana visitó, por primera vez durante un año, 2010, los cinco continentes. Teatro, ópera, macroespectáculos y cine. Cuatro son los pilares en su agenda, lo que responde a una diversificación de actividades en la que la compañía imprime sello propio. Sin embargo, para Padrissa «la ópera es el género que más engancha», según sus declaraciones para LA NUEVA ESPAÑA.

El director catalán cree que la ópera es un arte que une, es «el espectáculo más global». No obstante, considera que la música es el elemento dominante. «La música es la aguja que hilvana el resto de las disciplinas que interactúan en una ópera», afirma el director. En este sentido, Padrissa muestra gran respeto por la figura del director musical. «Hay que buscar el límite aceptable para todos», añade el director de escena. Así, la música y también la luz y los cuatro elementos naturales conforman la base en una producción lírica de «La Fura».

«La Fura» no deja indiferentes. «O te gusta o no te gusta», dice Padrissa, mientras delibera sobre si la polémica crea reflexión. «Nosotros no vamos a provocar, pero la discusión favorece, crea riqueza; si todo estuviera bien, no estaría tan bien, ¿entiende?».

Para Padrissa, «la ópera es un género cargado de futuro, por su carácter multidisciplinar». Así, a la larga se subirán a su «carro» cada vez más creadores. Por lo pronto, la ópera es, para Padrissa, «un museo». Pero el vídeo, la música, la acción teatral, la plástica, todos son ingredientes que atraen al creador. Además, la ópera cuenta con otros alicientes, como los grandes edificios, los presupuestos y medios proyectados para ella. Ante la crisis, Padrissa propone que se compartan gastos a través de coproducciones y la reposición de espectáculos. «Habrá que simplificar y comerse más el coco», dice por lo que le toca. Pero apuesta por el futuro. «Primero, los creadores se orientaron hacia el cine; ahora, no hay otro espectáculo en tres dimensiones más mágico que la ópera». En este sentido, la tetralogía de Wagner es, para Padrissa, «una obra para el siglo XXI».