Mucha literatura escuchamos en el Auditorio, en el concierto dirigido por Kynan Johns. «De la belleza inhabitada», que a Santacreu inspiró «El joven marino», de Cernuda: «...con pie desnudo ibas sobre la olvidadiza arena...»; «Rückert Lieder», de Mahler, con versos que Friedrich Rückert escribió en Maiernigg, a orillas del lago Wörther: «...a medianoche he pensado en los sombríos espacios infinitos...»; «Metamorfosis», de Strauss, casi una obra política y réquiem por un Tercer Reich que caía al tiempo que Strauss caía del guindo; y «Muerte y transfiguración, op. 24», del mismo compositor austríaco, que inspiró el poema filosófico de Alexander Ritter, si es que no fue al revés, sobre la infancia, la vanidad y la bandera desgarrada de los ideales. No hubo bis, pero sí un vinín en La Bellota, con los de la OSPA, ya sin frac ni fagot, con jamón y un cigarrillo a la puerta, en plena Gesta. ¡Qué literaria es también la realidad!