Programa musical de contraste el vivido el pasado domingo en la Plaza del Paraguas. El maestro Xaime Arias (piano) acompañado por los no menos magistrales intérpretes Óscar Santos al bajo y el baterista Leo Duarte entregaban puntuales un cálido repertorio que se apoya en las delicadas y sentidas composiciones de Arias, sedosa y elegantemente revestidas por la labor precisa de sus compañeros de escena. Pasajes evocadores que invitan a la distensión y a la atención, muy propicios para vivir las últimas horas de una tarde de domingo de fiestas en una plaza aún a medio poblar. También cierto aroma enérgico y vibrante de latin jazz sin dejar de lado notas de tradición asturiana que Arias, con estos y otros acompañantes, viene desgranando con éxito por diversos escenarios asturianos a lo largo de este verano y, desde hace algunos años, con sus grabaciones discográficas, siempre recomendables, abarcando diversos géneros.

Tras el pase de jazz inicial subía a escena el original y singular grupo asturiano «Na Zona», siempre viviendo en terreno propio y con la diversión por bandera. De esto hicieron gala -sobrada- en su concierto del domingo. Se empeñaron los de «Na Zona» y acompañantes en rendir homenaje a la mítica banda irlandesa «The Pogues» por su trigésimo aniversario y nada mejor, de mano, que presentarse ataviados como los mismos «Pogues» se retrataron para la portada de su «Ultimate Collection». Los originales volvían a unir sus dispersos caminos el pasado día 11 en el Olympia de París y los de «Na Zona» -y amigos- por San Mateo con trajes negros, gafas oscuras, sombreros, violines, guitarras, banjos, whistles, batería (Leo Duarte nuevamente en escena), mandolinas y voces. Folk rock punkarra, porconzón, patibulario y tabernario; turbio como un buen whiskey debe ser y directo a las vísceras. Y el resultado fue bueno y con deseos de cuajar -puliendo detalles- para seguir rodando la experiencia de este estreno. Piezas instrumentales y cantadas -las más- de un acertado repertorio reconocible y pegadizo que el estrafalario poeta Shane MacGowan creara o agarrara en su momento como herencia de los no menos legendarios «The Dubliners» o «Wolfe Tones». «Rain street», «Sally MacLennane», «Fiesta», «The Irish Rover» o la inmortal versión de «Dirty Old Town» que hiciera imperecedera el no menos mítico Ewan MacColl fueron tarareadas y bailadas junto a otros quince clásicos más por el numeroso público que también supo agradecer la colaboración de invitados a esta «fiesta de Paddy». José Manuel Tejedor (flauta), Nel Expósito, de «Felpeyu», al acordeón o Carlos Martín de «Xistras» con Juanjo Abad de maestro de ceremonias, Moisés, Vanessa del Riego, Raquel y Marcial Gómez se vistieron el domingo de modo creíble con la piel de McGowan, Cait O´Riordan, James McNally, Chevron, Coulter, Stacy, Woods, Ranken, Fearnley o Joe Strummer y demás «Pogues».

Y es bien cierto que la Plaza del Paraguas no tiene la mítica de la Brixton Academy o de la Sala Olympia pero bien valió para esta «fiesta».