Javier NEIRA

Ambiente de euforia en vísperas del estreno de la ópera «Don Carlo», previsto para el jueves, y, asimismo, reflexiones profundas sobre la política y el poder que hace infelices a los seres humanos. Así fue la presentación de la obra de Verdi, ayer, en el salón de té del teatro Campoamor.

Abrió el fuego Javier Menéndez, director artístico de la temporada. Enmarcó las funciones en los festejos mundiales por los dos siglos del nacimiento de Verdi. Agradeció al banco Sabadell-Herrero el nuevo patrocinio que inauguran, centrado en un título. Menéndez, tras indicar que la producción ya se vio en Bilbao y Sevilla, repasó el elenco: Sarah Schinasi, directora de escena repositora, «que hace un trabajo excelente»; el maestro Corrado Rovaris, que el año pasado por estas fechas dirigió aquí «Peter Grimes», de Britten, y recibió el premio del teatro Campoamor; Ainhoa Arteta, Felipe Bou, Juan Jesús Rodríguez..., los tres debutan el papel en Oviedo, y con ellos el tenor Stefano Secco, que ya obtuvo un gran éxito en el Campoamor en 2003 con «Roberto Devereux».

En su turno, Pablo Junceda, director territorial del banco Sabadell-Herrero, se felicitó por inaugurar un nuevo modelo de patrocinio y destacó el arrastre económico de la cultura y en especial de la ópera. Aseguro que el «Don Carlo» que se estrenará el jueves está desatando expectación incluso fuera de Asturias.

El maestro Corrado Rovaris fue de frente al asunto: «El reparto tiene una altísima calidad, tanto en lo vocal como en la inteligencia interpretativa. Trabajan intensamente los aspectos psicológicos de los personajes, algo que no es frecuente». Rovaris indicó, asimismo, que «la calidad de esta ópera no está en la espectacularidad, sino en las características psicológicas de los personajes. La modernidad de la obra consiste en subrayar con la música las características psicológicas de los personajes». El maestro añadió que «Verdi, siempre insatisfecho, consideraba su ópera como un mosaico y utiliza motivos musicales para que el público siga el relato. Es el caso del tema de la amistad, que reaparece varias veces».

El verdadero plus de la presentación lo ofreció Sarah Schinasi, directora de escena repositora. Llegó a decir que el barítono Juan Jesús Rodríguez, que encarnará a Rodrigo en el Campoamor, es el nuevo Leo Nucci, uno de los mejores barítonos de las últimas décadas. Explicó con detalle que la caja escénica estará cubierta con los mapas del imperio español aplastando a los personajes -sobre todo, «al pobre don Carlo»-, que padecen sucesivas tragedias personales a causa de la política.

La escena, entre el minimalismo y el idealismo, con vestuario naturalista, subraya la presión sobre Flandes y los deseos de libertad del pueblo, «así que para la dramaturgia seguimos la idea de libertad filosófica de Schiller, pero en otros aspectos, nos centramos en la verdad histórica, y es que Elisabetta, la reina, lo que sentía por don Carlo era sólo afecto y piedad».

Sarah Schinasi se definió como «la menor y más antigua discípula» de Giancarlo del Monaco, director de escena de este título, si bien no se ha desplazado a Oviedo. Indicó que aunque no habían tenido mucho tiempo de ensayos «hemos estado siempre concentrados, en el teatro y fuera, así que se ha logrado una atmósfera muy especial. En Oviedo se hace teatro de verdad. Nos pasamos información por e-mail a las doce de la noche y más allá. Espero que la próxima producción de Oviedo se ponga aquí primero y siga después por todo el mundo. El "cast" de estas representaciones de Oviedo es igual que el de los mejores teatros de París y Londres».

J. N.

La soprano Ainhoa Arteta, que será la reina Elisabetta de Valois, afirmó que el bajo Felipe Bou «da perfectamente el físico de Felipe II, es perfecto». Tras alabar al resto de sus compañeros de reparto reflexionó «sobre el paso de niña a mujer de mi personaje en aquella corte tan densa, oscura y lúgubre». El tenor Stefano Secco, don Carlo en escena, mostró su emoción por cantar a Verdi en los doscientos años de su nacimiento y explicó que las reducidas dimensiones del escenario del Campoamor «dan más intimidad a la acción y exigen mucha atención, para el tenor hay mucha acción, mucho lirismo y mucha dramaturgia».

Por su parte, el bajo Felipe Bou, el rey Felipe II, comentó que su rol es de los tres o cuatro más importantes de la lírica para bajo. Afirmó que en la obra los conflictos se resuelven siempre a favor del Estado y alabó a la Fundación Ópera de Oviedo «por apostar por tres debutantes españoles en roles verdianos». El barítono Juan Jesús Rodríguez, Rodrigo, dijo que «Oviedo es un ejemplo, aquí saben ver que en España hay cantantes maravillosos».