Leontxo García (Irún, 1956) necesita pocas presentaciones para los amantes del ajedrez. Jugador en su momento y actual periodista y divulgador con fama internacional, estará hoy en Oviedo para participar en las jornadas sobre ajedrez organizadas por el colegio Germán Fernández Ramos en colaboración con el Centro de Tecnificación "Ciudad Naranco". El centro ovetense es el primer colegio público de la región decidido a introducir el ajedrez de manera curricular a través del inglés, la educación física y las matemáticas.
-¿Qué puede aportar el ajedrez a la formación de los estudiantes?
-Hay estudios suficientes que demuestran que los alumnos que reciben clases de ajedrez educativo mejoran sus capacidades en muchos aspectos, incluida la inteligencia emocional. Además, también aumentan su rendimiento académico, especialmente en áreas como matemáticas o comprensión lectora, que son los caballos de batalla de la educación española como bien refleja el informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Por otro lado, en una sociedad tan ajetreada como en la que vivimos, el ajedrez te enseña a pensar las consecuencias antes de actuar.
-¿Es lo mismo el ajedrez deportivo que el educativo?
-Pues no, eso es conveniente matizarlo. Lo probable es que si se introduce el ajedrez de forma masiva en los colegios como herramienta educativa acabe subiendo el número de jugadores federados y por lo tanto el número de buenos jugadores en el campo de lo deportivo, pero no tiene nada que ver una cosa con otra. En los centros lo que se hace es formar mínimamente al profesorado para que ellos sean capaces de utilizarlo, por ejemplo, para que las clases de matemáticas sean más eficaces y más amenas. Jugar es otra cosa distinta.
-¿Y los grandes jugadores nacen o se hacen?
-Si estamos hablando de llegar a estar entre los cien mejores del mundo yo creo que hay un componente genético y muchísimo entrenamiento duro. Si es por debajo de ese nivel, bastaría con talento y ese duro entrenamiento del que hablaba. Lo que está claro es que un buen jugador tiene que tener un sistema nervioso muy equilibrado, porque por muy bien preparado que esté si no soporta la enorme tensión de una partida va a fracasar.
-¿Para jugar bien hay que ser un "cerebrito"?
-Para ser campeón del mundo sí, para jugar bien no hace falta tanto. De hecho, para disfrutar del ajedrez como herramienta pedagógica tampoco hace falta ser muy inteligente. Cualquier persona puede aprender el suficiente ajedrez para enseñárselo a los niños.
-Usted es de los pocos periodistas que escribe a diario de ajedrez, ¿cree que es un deporte maltratado por los medios?
-El ajedrez es una mina de oro periodística muy poco explotada. Hay dos factores que provocan ese abandono. Por un lado, para muchos periodistas es más fácil hacer una columna del entrenamiento del equipo de fútbol local que un reportaje de ajedrez. Por otro, el mundo del ajedrez merece un suspenso en todo lo que tiene que ver con la mercadotecnia, no se sabe vender como debería. Habría que mejorar la actitud de ambas partes.
-¿Se puede contar con intensidad una partida de ajedrez?
-El ajedrez te ofrece recursos que otros deportes no pueden darte y que pueden enganchar al público. Es un deporte con mil quinientos años de historia documentada, cuenta con personajes dignos de películas o novelas, tiene conexiones con diversas ramas de la ciencia... Además, una buena partida es algo apasionante. Una partida bella es como la Novena Sinfonía de Beethoven para un melómano.
-El domingo se celebra en el colegio el I Trofeo Nacional "Judit Polga", ¿es la húngara uno de esos personajes de novela?
-Por supuesto, ella y sus dos hermanas, que revolucionaron el mundo del ajedrez. Judit es la única mujer que ha conseguido estar entre los diez mejores jugadores del mundo.
-¿Y por qué casi siempre ganan los hombres?
-Sobre este asunto doy conferencias enteras, pero trataré de ser sintético. Entre los cien mejores del mundo ahora mismo sólo hay una mujer. Yo creo que eso ocurre por dos motivos. El primer factor es educativo, ya que hoy en día es todavía tan raro regalarle un tablero de ajedrez a una niña como una muñeca a un niño. El segundo es más científico, porque existen evidencias de que puede haber una causa hormonal. Los niños desarrollan mucha testosterona en la pubertad, algo que los hace más competitivos que a las niñas, que desarrollan más progesterona y están más preocupadas a esa edad de mejorar las relaciones sociales. En la universitaria las mujeres ya se vuelven más competitivas, pero en el ajedrez de competición lo que no aprendas entre los 12 y los 18 años no lo recuperas jamás. En resumen: las mujeres están igual de capacitadas, pero a la edad crítica están más preocupadas de otras cosas.
-Usted ha visto muchas partidas, ¿quién es el jugador más completo de la historia?
-En ajedrez siempre pasa que el campeón vigente ha estudiado profundamente a todos los anteriores o sea que por esa regla de tres sería el noruego Magnus Carlsen. No obstante, yo creo que el que más ha aportado a la popularidad del ajedrez en la historia ha sido Kasparov.
-¿A quién le daría usted el jaque mate?
-A la falta de sentido común de muchos políticos españoles.
