Alfonso Zapico deja su huella en el IES Aramo e invita a los alumnos a disfrutar del cómic
El dibujante visita "La Aramoteca", la biblioteca en la que los alumnos reproducen sus viñetas
El historietista junto a varios alumnos del centro, con uno de sus dibujos a la izquierda. | Analía Pello / E. Peláez
"La Aramoteca", todavía en construcción, ya muestra los dibujos de Alfonso Zapico, premio nacional del cómic en 2012 por su obra "Dublinés". El autor blimeíno dejó su huella en el nuevo espacio que se convertirá en la segunda biblioteca del IES Aramo con el trabajo de toda la comunidad educativa: alumnos, profesores y familias. La que fue vivienda de los diferentes conserjes que trabajaron en el centro, que quedó libre el pasado año, recibió ayer la visita de Alfonso Zapico, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA.
Alfonso Zapico, dibujando en una de las paredes de «La Aramoteca». | Analía Pello / E. Peláez
"¡A leer muchos cómics y que los disfrutéis!" fue el mensaje que dejó el historietista e ilustrador, que reside en Angouleme (Francia), junto a su autocaricatura en la sala que albergará los libros. Ocupando toda la pared de acceso a la dependencia, alumnos del Bachillerato de Artes se han dedicado en estas últimas semanas, y seguirán durante el próximo mes y medio, a plasmar las viñetas de tres páginas de "La balada del Norte", obra de Alfonso Zapico, con cuatro tomos y ambientada en la Asturias de la Revolución de Octubre de 1934. Con este trabajo se encontró el ilustrador de Blimea al acceder al edificio. Una vez allí, cogió el rotulador y agradeció la labor de los estudiantes dibujándolos en la pared. "No lo esperábamos", afirmaron las alumnas Aitana Feo y Celeste Romero, admirando la obra de Alfonso Zapico.
Antes, el autor respondió en el salón de actos del IES Aramo a las numerosas preguntas que habían preparado estudiantes de ESO. "Mi hobby es dibujar cómics, que es mi forma de conectar con el mundo", apuntó Alfonso Zapico, que les explicó que mientras los autores de manga utilizan ordenador él recurre a "la plumilla, el pincel, los rotuladores, los lápices y el papel". "Trabajo solo, no tengo prisa y en ocasiones tardo un año o un año y medio en un libro. Lo hago como quien escribe una novela", dijo a los estudiantes.
En Japón, "hay equipos, con una persona, por ejemplo, para los árboles, otra para otros motivos, y terminan en dos semanas". Y en Francia se pueden juntar "tres o cuatro dibujantes, dos o tres coloristas y otros tantos guionistas". Zapico, que trabaja también como profesor, trasladó a los alumnos que "un autor tiene que hablar de lo que conoce" porque "se llega más fácil al corazón de los lectores".
"La balada del Norte" centró varias de las preguntas de los jóvenes. "El libro ha ido creciendo con los lectores", que le aportaban testimonios, dijo sobre la obra, compuesta por cuatro tomos que publicó en diez años. Antes de marchar Alfonso Zapico dedicó libros con dibujos incorporados.
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