Por más veces que se vea la repetición de la acción que le costó la tarjeta roja directa a Rocha en el encuentro del Carranza no se encuentra ahí una acción merecedora de tal castigo. La dura reside en saber si llegó a haber falta del medio azul, que claramente tocó antes el balón que su rival. No lo consideró así el colegiado Pulido Santana, que dejó al Oviedo con uno menos en el minuto 34 ante el Cádiz, uno de sus rivales directos en la lucha por los puestos altos de la clasificación.

El equipo azul le echó casta a ese encuentro y en la segunda parte llegó a ponerse por delante merced a un tanto de Linares. Pero el físico terminó lastrando a los de Anquela ante un Cádiz que se aprovechó de la velocidad y calidad de sus extremos para darle la vuelta al marcador y acabar con la racha de diez encuentros sin perder de los azules. Un golpe que dolió algo menos porque la lectura que sacaron del partido fue positiva. El Oviedo demostró ser capaz de competir en cualquier circunstancia.

El viernes ante el Barcelona B, el Oviedo volvió a ser un equipo serio, que apenas concedió en defensa y que esperó su oportunidad en ataque para llevarse la victoria. La tuvo y Toché la transformó, pero de nuevo el juicio del árbitro le penalizó. Milla Alvendiz consideró que el delantero murciano estaba en fuera de juego cuando la acción era legal. Dos decisiones que les han costado puntos a los azules. En Zaragoza, además, en el vestuario azul se puso en duda la expulsión de Berjón, que no jugó ayer. Ayer en El Requexón Aarón Ñíguez quiso restarle importancia a la jugada de Toché: "Hubo gol, pero el balance de las actuaciones arbitrales al final de temporada queda más o menos equilibrado".