El método de recuperación del ADN desarrollado por los investigadores del Instituto "Max Planck" podría marcar un antes y un después en el estudio de la dispersión de los homínidos por los distintos continentes. Unas migraciones en continua discusión y que, en un caso como el de América del Norte, están justo ahora en el centro del debate científico tras publicarse en la revista "Nature" los resultados de una excavación localizada en la localidad estadounidense de San Diego (California), en la que se han hallado restos que apuntan a que había presencia humana en la región hace 130.000 años.

En concreto, el equipo arqueológico, compuesto por once profesionales de diferentes instituciones estadounidenses y liderado por el paleontólogo Steve Holen, localizó diversos restos de un mastodonte que parecen haber sido objeto de manipulación por parte de homínidos. La localización, junto a estos restos, de grandes piedras que podrían haber sido utilizadas como martillos y yunques refuerza esta tesis.

La importancia del hallazgo es que los registros humanos más antiguos que se habían localizado en la región son de hace 14.000 años. Pero los profesionales mantienen la cautela sobre las conclusiones de la excavación en tanto en cuanto no se aporten nuevas pruebas que los corroboren.

Pero es precisamente en este punto donde el nuevo método de recuperación del ADN podría marcar la diferencia. "No estoy muy convencido de este hallazgo en concreto, pero esta técnica podría ser de utilidad para corroborar los datos", confirma Carles Lalueza Fox. "Si ha habido restos humanos, y estos han desaparecido, esta técnica podría confirmarlo y nos diría además de qué tipo de especie eran los pobladores", concluye Marco de la Rasilla.