"Asumo mi culpa en el primer gol". Iván Cuéllar no se esconde y reconoce que el tanto de Beñat, a lanzamiento de falta, pudo ser evitable. "Cuando el balón entra por el lado del portero poco hay que decir, aunque es cierto que el balón hizo un extraño. Con esto no me quiero justificar, porque soy el primero en reconocer mis errores", señala el guardameta rojiblanco. No fue, sin embargo, la principal causa de la derrota de un Sporting que estuvo a merced del Athletic y nunca dio sensación de poder inquietar al rival. Un balance que deja cierto sabor pesimista para conseguir el objetivo, algo ante lo que el emeritense se muestra contundente. "Quedan diez partidos y hay que ganar cinco. Es factible. Soy optimista", subraya.

Cuéllar sabe lo que cuesta una permanencia y ejerce como uno de los líderes de un vestuario al que parece pesarle la situación de verse en descenso. "Es algo que ya habíamos hablado durante la pretemporada, que es normal que a los más jóvenes les pueda afectar en el plano psicológico cuando atraviesas este tipo de fases. Pero para eso estamos los más veteranos y también el cuerpo técnico, para ayudarles", afirma el portero del Sporting sobre la falta de madurez para afrontar un tramo tan decisivo. "Ahora hay que levantar la cabeza y dar la cara el viernes", advierte el extremeño, en referencia al encuentro que espera en Málaga.

Cuéllar pone como ejemplo uno de esos retos que ya conquistó en Primera con el Sporting como el mejor modelo para darle la vuelta a la situación actual. "Mucho más complicado lo teníamos el primer año mío aquí, en Primera. Teníamos que ganar cinco de los últimos seis partidos para salvarnos. Y ganamos cinco", rememora el rojiblanco. "Hay que creérselo, como hicimos nosotros al final de la pasada temporada. No nos lo creíamos hasta entonces y nos lo creímos al final. Esa creencia nos sirvió para estar ahora en Primera", recalca Cuéllar, que considera que los gijoneses no deben mostrarse nerviosos tras lo vivido hace escasos meses. "No ha podido ser y no hay que darle más vueltas. Tenemos que estar todos unidos, más que nunca", añade el guardameta rojiblanco, que espera que la derrota ante el conjunto bilbaíno no vaya más allá. El equipo tendrá en La Rosaleda una nueva oportunidad de salir de los puestos de descenso y encontrar la calma.