Mantuve hace unas semanas una animada reunión con diferentes colectivos y asociaciones de la comarca del Bajo Nalón, con el objetivo de informarles de las ayudas disponibles dentro del programa LEADER para ellos. No hay mejor cosa que comerse la realidad, para sufrir una complicada digestión de argumentos prácticos, ajustados a la cruda realidad. Todos partimos del supuesto hipotético de que potenciar a las asociaciones es dinamizar el tejido social del entorno, lo cual es saludable y meritorio, pero en muchas ocasiones no nos ajustamos a la realidad vigente. Pretender que determinados colectivos tengan que disponer de fondos previos para afrontar la inversión y que el retorno de la misma sea a tres años vista limita la mayoría de las operaciones. Tal vez debamos darle una vuelta al tema, e incluso media docena.