Un futuro rural repleto de oportunidades

El campo asturiano se encuentra inmerso en un proceso de cambios imparables, con un objetivo de base: atraer población y actividad

Paisaje de sierra y montaña en Tineo. |  | LNE

Paisaje de sierra y montaña en Tineo. | | LNE / María José Iglesias

María José Iglesias

María José Iglesias

Asturias se encuentra inmersa en el complejo trance de dar paso a una sociedad rural moderna y conectada que conserve el encanto de esa tradición que tanto atrae y seduce a visitantes y habitantes locales. El futuro del mundo rural no es una entelequia, se forja día a día a través de iniciativas empresariales, mejoras de la productividad y un exquisito cuidado del hábitat natural, la principal y delicada materia prima de la que parte el desarrollo turístico, con luces e interrogantes en el horizonte.

De todo ello se habla en el suplemento "Asturias rural", que a lo largo de 12 páginas analiza la actualidad de un sector que genera el 20% del PIB regional. La Asturias Rural abarca un concepto tan amplio que a veces resulta hasta difícil de delimitar. El lector encontrará información sobre la actividad de marcas como la I. G. P. Ternera Asturiana, que prestigian el sector agroalimentario regional; o las novedades en torno a la Política Agrícola Comunitaria, importante y fundamental complemento a las rentas del campo, cada vez más ligada a la estrategia medioambiental. Los nuevos proyectos del centro tecnológico ASINCAR o las novedosas y pioneras actuaciones del Centro Tecnológico CTIC también tienen cabida en los contenidos de esta publicación, en la que tampoco se pasan por alto celebraciones tan consolidadas como la Feria de la Producción Ecológica, (FAPEA), que organiza cada verano el Ayuntamiento de Llanera con el Consejo Regulador de la Producción Ecológica en Asturias (COPAE).

La actividad turística está representada con un artículo de Jaime García, presidente de la Asociación de Alojamientos Rurales de Asturias (ARCA).

Uno de los grandes retos para el campo asturiano estriba en combatir el despoblamiento con iniciativas que potencien la economía local y mejoren el acceso a los servicios básicos. Entre esas novedades se encuentran la bioeconomía y las soluciones energéticas verdes.

Simplificar la burocracia administrativa para que no obstaculice las iniciativas de desarrollo es otro de los pilares sobre los que se asientan los cambios, que se van sucediendo de forma lenta pero constante. Poner en producción más del 40 por ciento de la superficie de la región que está ocupada por montes comunales, ociosos o infrautilizados, es una de las propuestas que realizan los especialistas en desarrollo rural, convencidos de que diversificar la economía rural, dando importante presencia a la ganadería, es el mejor modo de asentar población.

El 43% de la superficie regional (un total de 29 concejos) ya es un desierto demográfico con menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado, excluida la población de la capital del municipio. Las 15.000 explotaciones ganaderas se reparten entre la producción de carne y leche, con predominancia de las primeras. Y al lado del cuidado del medio natural también se impone conservar el patrimonio cultural y arquitectónico que se ha ido forjando a lo largo de los siglos.