Grado, L. VALDÉS

A ningún conductor de Grado conocedor del terreno le sorprendería que al recorrer las partes altas del concejo se cruzase en su camino un corzo o un jabalí. El encuentro con estas especies, frecuentes en la fauna moscona, se quedaría prácticamente en anécdota. Ahora, la cosa cambia si el que aparece, por sorpresa, en escena es un oso pardo que, gallaspero, cruza la carretera para, tras percibir la presencia del observador, echar a correr ladera arriba para perderse en la espesura del bosque. La presencia de osos en Grado era hasta hace bien poco algo inusual, y a más de uno, con la sorpresa y la emoción del encuentro, seguro que se le escaparía hasta una palabrota al encontrarse con el plantígrado ante su coche. Al menos, los jóvenes moscones que hace unos días avistaron desde su vehículo un macho joven a escasos metros de distancia, en los límites con Yernes y Tameza, no pudieron evitar la exclamación gruesa.

Fue pasadas las nueve de la noche, todavía no había anochecido, cuando los jóvenes, a pesar del nerviosismo y la emoción del momento, pudieron grabar incluso imágenes del oso con su teléfono móvil. Saben que fueron unos privilegiados, al igual que el cazador perteneciente al coto de Grado que este lunes avistó una hembra con dos esbardos en la parroquia de Tolinas, al sur del concejo, mientras atendía su ganado. Según los expertos, se trata de la primera osa que ocupa, desde hace muchos años, de forma continuada esta zona y que también visita con frecuencia el concejo limítrofe de Belmonte de Miranda.

Cuatro ejemplares vistos en tan sólo un mes corroboran que el oso ha ampliado sus sendas habituales hasta Grado, donde Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), ya señaló que existen zonas de monte, no muy extensas, pero de excelente calidad para los plantígrados. Hasta ahora, el concejo era para estos animales un lugar de paso en sus itinerarios naturales. De hecho, los vecinos mayores de Tolinas aseguran no haber visto un oso hace décadas en la parroquia. Los expertos esperan que la osa de Tolinas pueda seguir viviendo con tranquilidad en el hábitat que ha elegido para criar sus esbardos, a los que los más pequeños del concejo proponen llamar «Mosconinos». Cazadores y vecinos celebran la vuelta del oso.