Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

Todo está listo. El aeropuerto de Asturias estrenara el próximo 10 de marzo el dispositivo antiniebla ILS-III, un sistema de alta calidad, el mejor en su gama, que es muy similar al que está instalado en Barajas. Este sistema de guía permitirá a los aviones aterrizar en la región en condiciones de muy baja visibilidad. La recuperación del máximo nivel antiniebla, adelantada hace meses por LA NUEVA ESPAÑA, garantiza que el número de cancelaciones por esta circunstancia en Santiago del Monte se vaya a reducir casi al mínimo. Sin embargo, el director de la terminal, Carlos San Martín, advierte de que todavía se podría registrar alguna suspensión en el caso de que la niebla sea especialmente espesa. Y es que, según indica el responsable de la instalación, «el aterrizaje totalmente a ciegas no existe».

San Martín, que presentó a LA NUEVA ESPAÑA el nuevo sistema, en el que se incluyen varias balizas y una espectacular pista virtual en la cabecera de la pista principal del aeródromo asturiano, sostiene que la niebla no es un problema especialmente grave en Santiago del Monte. Sin embargo, destaca que Aena es consciente de que cada cancelación o desvío a otros aeropuertos del noroeste genera graves molestias a los viajeros. Según los datos oficiales, el pasado año se suspendieron por escasa visibilidad en Santiago del Monte 16 vuelos de un total de 16.000 operaciones. Pese a la escasa incidencia del año pasado (en los anteriores fue superior), el 11 de marzo entrará en servicio el sistema más avanzado que hay en el mercado, que permitirá a los pilotos tomar la decisión sobre el aterrizaje cuando ya se encuentren a menos de 30 metros de la pista. En estos momentos, con el ILS-III activo, tal decisión se toma a una altura de 30 a 60 metros, aunque hay que tener en cuenta que algunas compañías, por ejemplo, Iberia, no se aventuran por debajo de los sesenta metros. De esta forma, con sólo acercarse a la terminal y observar que hay escasa visibilidad, los pilotos de la aerolínea española de bandera se decantan por dar la vuelta.

Recuerda San Martín que el aeropuerto de Asturias ya consiguió la máxima categoría antiniebla en 2003. Sin embargo, las reticencias de algunas compañías hicieron que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea lo degradara a la segunda, la ILS-II. El director de la terminal explica que el problema radica en una gran vaguada natural que hay en las inmediaciones de la cabecera de pista, lo que venía provocando confusiones en las lecturas de la altura del avión en condiciones de escasa visibilidad. Las quejas de los pilotos, sobre todo de los de Iberia, fueron decisivas para el descenso de categoría. Sin embargo, ahora la compañía está dispuesta a utilizar el ILS-III de Asturias, una vez que se ha procedido a la modificación de los protocolos de aterrizaje con niebla y se ha instalado una nueva radiobaliza. Y es que, pese a lo que pudiera parecer, el aeropuerto no ha tenido que llevar a cabo actuaciones técnicas de gran relevancia para volver a contar con el ILS del máximo nivel.

De acuerdo con la legislación aeronáutica, los aviones sólo pueden proceder al aterrizaje visual, sin ningún tipo de sistema de apoyo, cuando las nubes están por encima de los 1.000 pies de altura y la visibilidad es superior a las tres millas. De no ser así, la Organización Internacional de Aviación Civil obliga a tomar tierra con la ayuda de un sistema de guía. Es el Instrument Landing System («sistema de aterrizaje por instrumentos» en castellano), que tiene tres categorías principales, en función de lo que el avión tenga que acercarse a la pista para que el piloto tome la decisión de aterrizar o de abortar la operación.

Para ello, el ILS proporciona ayuda a las aeronaves al establecer una guía horizontal y otra vertical que orientan al piloto en todo momento sobre la situación concreta en la que se encuentra. En el caso de Asturias, el problema de la vaguada también se resuelve con la habilitación de una pista virtual, de varias decenas de metros, que permite afinar las mediciones.

Con todo, Carlos San Martín reconoce que la decisión final sobre el uso del ILS-III depende de las compañías. «El sistema se incorpora a la carta de servicios del aeropuerto, y a partir de ahí la decisión depende de cada compañía», indica el director. En principio, todas las que operan habitualmente en Asturias lo van a utilizar. Para ello, es necesario que cuenten con el equipamiento adecuado, que lo hayan probado de forma satisfactoria y que las tripulaciones también conozcan el funcionamiento del ILS-III de Santiago del Monte.

Las autoridades consideran fundamental que los pilotos sean conscientes de las peculiaridades orográficas de la región y de que, por la citada vaguada, la información que reciben es de que están situados a sesenta metros de altura cuando faltan menos de diez segundos para aterrizar.

La recuperación del sistema ILS-III es una excelente noticia para el aeropuerto, que, además, coincide con un período de recuperación de viajeros. Santiago del Monte despeja la niebla y la crisis.