Tineo,

Pepe RODRÍGUEZ

«Si no me entregué fue por miedo a las consecuencias, porque yo no estoy habituado a tratar con humanos». Ésas son las palabras que Tomás Rodríguez Villar, «Tomasín», de 41 años, le dijo a la juez del Juzgado de primera instancia e instrucción de Tineo en el interrogatorio celebrado en la tarde de ayer. «Tomasín», que permaneció durante 57 días «fugao» en el monte burlando el dispositivo de la Guardia Civil, ingresó ayer en la prisión de Villabona acusado del homicidio de su hermano Manuel (ocurrido entre el 30 de agosto y el 3 de septiembre) y de tenencia ilícita de armas.

El abogado de «Tomasín», Manuel García García-Rendueles, trasladó las palabras que el hombre más buscado de Asturias en los últimos dos meses le dijo a la juez. A esa hora ya se sabía que había contra él una orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza.

«Tomasín» está acusado de la muerte de su hermano Manuel, cuyo cadáver apareció con un fuerte golpe en la cabeza junto a la cabaña cercana al pueblo de La Llaneza, donde el presunto asesino vivía rodeado de todo tipo de basura. La orden de prisión se ha basado en el evidente riesgo de fuga que tiene Tomás Rodríguez, una persona que vive en el monte y que ha mantenido en jaque a las fuerzas de seguridad del Estado durante un período de ocho semanas en el que vivió emboscado.

La declaración de «Tomasín» se alargó por unas dos horas, si se tiene en cuenta el tiempo que estuvo en el Juzgado -que fue de un total de tres horas- y la hora de salida del fiscal del edificio. No ha trascendido si Tomás se autoinculpó de haber matado a su hermano o todo lo contrario. Su abogado aseguró: «En estos momentos creo que lo más prudente para mi defendido, y para su estado mental, es que no haga ningún tipo de declaración a este respecto». García sí que explicó que va a pedir, con carácter inmediato, una evaluación de la salud mental de su defendido.

Lo que sí ha podido confirmar LA NUEVA ESPAÑA es que «Tomasín» tiene muy presentes, y claros, los hechos que sucedieron el día de autos. De la misma forma, el «fugao» de La Llaneza era plenamente consciente de que estaba siendo buscado y perseguido, por lo que evitó el contacto con la Guardia Civil de manera consciente y premeditada, según fuentes conocedoras del caso.

Hasta el día de su detención, el sábado pasado por la noche, «Tomasín» no se dejó ver por su cabaña. Al parecer, utilizó un viejo coche situado en las proximidades, un Citroën AX ahora destartalado y con los cristales rotos, para guarecerse y dormir de vez en cuando.

«Tomasín» se mostró muy tranquilo tanto a la entrada como a la salida de los Juzgados. La Guardia Civil trató de evitar que se sintiese agobiado con la presencia muy cercana de vecinos, pues, al tratarse de una persona con indicios de fobia social, se consideraba que este hecho podría interferir en su declaración ante la juez, después de ser conducido a Tineo desde el Cuartel del Rubín en Oviedo.

En la villa tinetense casi fue recibido como un héroe. Alrededor de medio centenar de personas le esperaban para aplaudirle y gritarle «¡Ánimo, Tomasín!», así como para corear su nombre. Los curiosos no se fueron en toda la tarde y también estuvieron presentes cuando salió del Juzgado.

La detención de «Tomasín» se convirtió, durante dos meses, en el tema de conversación favorito de los tinetenses. Ese hecho, sumado a que la gente no lo considera una persona violenta, fue el que hizo que comenzara a surgir una corriente de simpatía por este acusado de la muerte de su hermano; otros, como el propio abogado de Rodríguez Villar, quisieron puntualizar lo «complicada» que fue la búsqueda. «Yo estuve ayer en la zona y es un sitio donde encontrar a una persona que se sabe mover por allí es manifiestamente complicado», aseguró.

Los vecinos de La Llaneza, por su parte, ya respiran tranquilos. Ya sólo quedan dos casas habitadas en la aldea, y en ambas se acogió la noticia con alivio. Pero también con cierta pena. Así lo decía Magdalena Fernández: «Para nosotros no es alguien de fuera, alguien lejano, yo lo vi crecer, y me da pena todo lo que está pasando». En un sentido muy similar se expresa Tomás González: «Hace tiempo que no lo veo, realmente, pero es una persona del pueblo a la que conocimos siempre, y algo de pena tengo por él».