Oviedo, J. A. ARDURA

Asturias fue la quinta comunidad de las de régimen común de financiación donde más aumentó el déficit desde las elecciones autonómicas de 2011. En sólo seis meses, el «agujero» de las cuentas regionales pasó del 1,37 al 3,64 por ciento sobre el PIB regional, un incremento que el Gobierno regional, que preside Francisco Álvarez-Cascos, atribuye a la «deuda oculta» o «facturas en los cajones» que heredó del anterior Ejecutivo, del socialista Vicente Álvarez Areces. La inclusión de la Junta de Saneamiento entre las entidades que consolidan déficit en las cuentas del Principado y la fallida operación de pisos públicos a través de Vipasa -presupuestada en 100 millones por el Gobierno anterior- son otros de los factores que, además de la caída de ingresos derivada de la crisis, han influido en crear el déficit de 845 millones de euros con el que se ha cerrado el balance presupuestario de 2011 en términos de contabilidad nacional.

Asturias presentaba al cierre del segundo semestre de 2011, justo después de la celebración de las elecciones autonómicas, un déficit del 1,37 por ciento. Las comunidades con mayor desfase entre sus ingresos y gastos eran entonces Castilla-La Mancha, que ya registraba un déficit del 4,16 por ciento sobre su PIB, Extremadura y Baleares, con desfases por encima del 2 por ciento.

Sólo seis meses después, el déficit del Principado se ha duplicado tras la llegada de Foro Asturias a la Presidencia del Principado, un fenómeno que también se ha dado en otras comunidades autónomas donde ha habido cambio de Gobierno tras los comicios autonómicos de la primavera pasada. La Administración asturiana ha pasado de tener la novena tasa de déficit del país en la primera mitad del año a la octava al cierre del ejercicio, debido a que el Principado fue la quinta autonomía donde más creció el desfase entre gastos e ingresos en el tercer y el cuatro trimestres de 2011, sólo por detrás de Aragón, Cataluña, La Rioja y Cantabria. Se da la circunstancia de que en todas esas comunidades, a excepción de La Rioja, hubo cambio de signo político en sus respectivos gobiernos tras las elecciones autonómicas. La mayor desviación, no obstante, se produjo en el País Vasco, donde el déficit pasó del 0,12 al 2,56 por ciento, si bien esta comunidad está fuera del régimen común de financiación autonómica junto a Navarra.

La Consejería de Hacienda, que dirige Ramón del Riego, recordó ayer que el pasado mes de octubre ya dejó entrever que resultaría imposible de cumplir el objetivo de déficit del 1,3 por ciento para el ejercicio de 2011, acordado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Del Riego avanzó al inicio del último trimestre que el Principado iba a invertir 278 millones de euros menos de los previstos en el Presupuesto promovido por el último Gobierno arecista y también informó a la Comisión de Hacienda de que Asturias había perdido 104 millones de euros de ingresos de los fondos de convergencia y de compensación interterritorial. Pero el balance más contundente del Gobierno regional sobre las previsiones económicas llegó cuatro días después de las elecciones generales del 20 de noviembre, cuando los consejeros de Presidencia, Florentino Alonso, y de Hacienda, Ramón del Riego, dieron cuenta de un desfase de 620 millones de euros en el Presupuesto del Principado para 2011.

El Ejecutivo de Cascos aseguraba que ese agujero salía de 260 millones de ingresos imposibles de materializar, de la falta de 358 millones para gastos obligados pero no previstos en las cuentas regionales de ese ejercicio, así como de la «presupuestación ficticia» de ingresos por 100 millones de euros por la venta de viviendas públicas, una operación que ni siquiera llegó a ponerse en marcha, según adelantó LA NUEVA ESPAÑA el 9 de agosto pasado. El Gobierno de Vicente Álvarez Areces había incluido en la previsión de ingresos del Presupuesto de 2011, que salió adelante con los votos del PSOE e IU, una partida de 102 millones que llegarían a través de la venta de pisos públicos por mediación de la empresa pública Vipasa. El Gobierno arecista había defendido en todo momento que se trataba de una operación «que no pretendía camuflar deuda sino vender patrimonio» para, a cambio, poder mantener una inversión cercana a los mil millones de euros que contribuyeran a dinamizar la economía regional. La Consejería de Hacienda discrepó de esas fórmulas, que no dudó en calificar de ingeniería financiera, denominación que también dio al «desplazamiento del gasto» sanitario a ejercicios futuros, un recurso al que recurrió repetidamente el Gobierno de Areces. El Gobierno de Foro presentó un plan económico financiero al Ministerio de Economía hace dos semanas en el que incorporó «la totalidad de facturas ocultas y gastos desplazados detectados en el segundo semestre de 2011 y que el Ejecutivo anterior había venido ocultando sistemáticamente en la contabilidad regional», según precisó ayer la Consejería de Hacienda, que recalcó que «también ha ajustado las cifras de ingresos, de forma que partidas presupuestadas y que eran irrealizables ya no servirán para financiar mayores gastos».