Javier Fernández, que empezó la campaña como «un tímido en reconversión», se soltó ayer como nunca en público en el mitin de La Guía, que cerró reivindicando ante los suyos «pasión por ganar» en las autonómicas del próximo domingo, «para sacar adelante a esta región» frente a «las inquinas» de la derecha. «Me dais una fuerza y una energía que nunca pensé que tenía», confesó en el acto más multitudinario de las tres campañas electorales que ha afrontado en los últimos diez meses.

El candidato a la Presidencia del Principado atribuyó «al fracaso total de la derecha asturiana» la convocatoria de unos comicios anticipados en Asturias y apeló al voto útil de la «izquierda real» frente a otras opciones «de utopías, entelequias», un mensaje que parecía dirigido a IU. «Tengo muy claro que vamos a ganar y que vamos a ser gobierno», repitió por segundo día consecutivo un Javier Fernández al que no se escuchó ese mensaje en las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo. El secretario general de la Federación Socialista Asturiana reclamó un apoyo electoral amplio para evitar situaciones como la vivida semanas atrás en el Ayuntamiento de Siero, «donde los tránsfugas, mercenarios y corsarios de la política han arrebatado la Alcaldía a Guillermo Martínez».

Javier Fernández echó en cara a las derechas haber fallado a los asturianos a finales de los años noventa y ahora en plena crisis económica. «Siempre que la derecha ha gobernado en Asturias esta tierra ha retrocedido», afirmó el cartel electoral del PSOE, que se postuló como «el único partido que puede romper el miedo de los asturianos» en la actual situación de incertidumbre socioeconómica. «Sin embargo, aquí tenemos a Rajoy preocupado por derrotar a Cascos y Cascos que quiere vengarse de Rajoy. Yo no quiero vengarme de nadie, no quiero derrotar a nadie, lo único que quiero es hacerme cargo de esta comunidad, sacar adelante esta región y esa es la diferencia con las derechas», aseguró Javier Fernández.

El líder de los socialistas asturianos prometió «un gobierno moderado, de gente prudente», al tiempo que alertó de las consecuencias que acarrearía para Asturias un escenario político similar al de los últimos meses porque «las recaídas son peores en la política que en la enfermedad» y, en su opinión, Foro y PP «no tienen ninguna posibilidad de arreglarse».

Javier Fernández dedicó parte de su discurso a desglosar el compromiso de su partido con el Estado del bienestar, «que es el patrimonio de los que no tienen patrimonio», instante que aprovechó para hacer un guiño a Felipe González y a Vicente Álvarez Areces por «modernizar» España y Asturias. Abogó por propiciar un cambio del modelo productivo en la región pero manteniendo «los sectores tradicionales que hoy se tambalean» en la región. Fernández alertó del riesgo de copago en la sanidad porque «la salud no es un bien privado y la sanidad no puede convertirse en un negocio en Asturias para determinados lobbys», alertó del peligro del aumento de los conciertos en la educación, «una palanca poderosa que no puede ser la cuna de todas las diferencias». Y cargó contra la reforma laboral del PP, «que impone salarios camboyanos y horarios del siglo XIX».