La decisión está tomada, pese a las reticencias del Gobierno del Principado. El gestor de la red estatal de aeropuertos (Aena) acaba de licitar en tres millones de euros la obra para acortar en 150 metros la pista principal de aterrizaje de Santiago del Monte. De esta forma, cumple con las exigencias de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y permite que la terminal pueda seguir activa a partir de 2016. El objetivo es que los trabajos puedan dar comienzo a mediados de 2014 y que en su mayoría se desarrollen en horario nocturno, para no interferir en la actividad normal del aeródromo. Fuentes de Aena garantizaron ayer que la medida no irá en menoscabo de la operatividad de Santiago del Monte si no que, muy por el contrario, supondrá una mejora de la seguridad y facilitará los aterrizajes en condiciones de baja visibilidad. Eso sí, obligará a desactivar unos meses el sistema antiniebla del aeródromo (ILS III).

La agencia de seguridad obliga a todos los aeropuertos de la red estatal a obtener una certificación operacional antes del 1 de marzo. Sin ella, la terminal no podría seguir activa. Entre los requisitos exigidos se encuentra la obligación de que en las inmediaciones de las cabeceras de las pistas todos los elementos se puedan quebrar con facilidad. En el caso concreto de Asturias, en las proximidades de la cabecera 29, precedida de una vaguada, por la que toman tierra la inmensa mayoría de las aeronaves que llegan a la región, hay una serie de postes metálicos rígidos que configuran una superficie virtual para garantizar una lectura correcta de los radioaltímetros de los aviones. Seguridad Aérea estima que esos postes podrían convertirse, en una situación de emergencia, en peligrosos obstáculos para las aeronaves. Para corregir esta circunstancia, y lograr los 300 metros de distancia obligatoria entre los postes y el punto de aterrizaje de los aviones, los técnicos se han decantado por desplazar 150 metros hacia el interior de la pista el punto de inicio de las tomas de tierra de las aeronaves, sin modificar la distancia disponible para las operaciones de despegue. Fuentes de Aena aseguraron ayer que la actuación no conlleva la destrucción del asfalto en el tramo que queda inutilizado para aterrizajes en la cabecera 29.

La otra alternativa consistía en rellenar la vaguada que precede al umbral de la pista. Fue descartada por su mayor impacto ambiental, su alto coste y porque afectaba más a las operaciones durante la fase de ejecución de los trabajos.

Aena sostiene que la actuación elegida no tendrá repercusión alguna en la operatividad de Santiago del Monte, toda ve que los aviones que aterrizan en Asturias, y los que está previsto que lo hagan en el futuro, precisan de longitudes de pista inferiores a las proyectadas. Para los despegues se mantiene la disponibilidad actual de 2.200 metros de longitud.

Las fuentes consultadas en Aena aseguran que, lejos de ser perjudicial o de limitar la actividad aérea en la región, la actuación prevista aporta varios beneficios a Santiago del Monte. En primer lugar, se cumplen los requisitos obligatorios para la certificación del aeródromo en materia de seguridad, garantizando de esta forma la continuidad de su actividad a partir de 2016. Además, supone una mejora de las condiciones de seguridad de las operaciones, al reducir la presencia de obstáculos en las inmediaciones del aeródromo. En tercer lugar, el gestor destaca que la mayor regularidad del terreno previo a los aterrizajes por la pista 29 -que pasa a ser el tramo inutilizado- facilita la utilización del sistema antiniebla, que no es usado por Iberia.