Al Ejército, laboralmente hablando un puerto refugio en muchos momentos de la historia, cada vez se acerca más gente mejor formada, opositores a militar "con dos carreras" que sirven para cambiar, cuentan en el Cabo Noval, algún estereotipo sobre la imagen externa de la milicia. Las pruebas están a la vista ahora que las Fuerzas Armadas tienen en marcha una oferta de empleo de 2.000 plazas para las que se han presentado más de 40.000 aspirantes. El Boletín Oficial del Estado cuenta setenta vacantes para Asturias y reserva del total setecientas para que personal del Ejército pueda encontrar una salida alternativa, cada vez más frecuente, hacia la Guardia Civil o la Policía Nacional. Es un reciclaje corriente en una profesión que pone en los 45 años el límite para dar este paso o entrar en la academia de oficiales a riesgo de perder el puesto.