Uno de los atractivos turísticos de Cangas del Narcea es su gastronomía, que se caracteriza por su excelencia gracias a la elaboración de productos a partir de materias primas de alta calidad.

A pesar de que la tradición manda en la cocina de este concejo asturiano, se combina con las nuevas tendencias gastronómicas y está basada en los productos que se obtienen de la explotación agrícola como son la faba, las patatas, la leche, el centeno, el maíz o las castañas. La ubicación geográfica de estas tierras tiene un peso especial en la forma de alimentación y ha sido determinante para mantener las antiguas costumbres culinarias de su población.

El potaje es uno de los platos más típicos de la zona y las berzas son el producto estrella en esta preparación que va acompañada de patatas y faba pinta. El compango de chorizo, jamón, morcilla, tocino y carne completan este suculento plato. La ternera es otro de los atractivos de la gastronomía de Cangas del Narcea. La carne de la raza autóctona asturiana de los valles, con la cantidad de grasa ideal y gran jugosidad la hacen exquisita.

Si hablamos de embutidos, el chosco y el butiello son dos de los productos que destacan entre los que se producen en la zona, donde aún se mantiene la tradición de la matanza del cerdo. Por otro lado, la cecina se obtiene gracias a que se mantiene el antiguo sistema de conservación de la carne en salado y es otro los productos demandados.

Los postres son el broche de oro de un buen menú. Arroz con leche, requesón con miel y los "freixuelos", que en esta zona se elaboran en forma de espiral, son los más demandados. Frutos secos como las nueces, avellanas o castañas están muy presentes y en otoño son habituales en el plato.

Para regar una buena comida es indispensable una buena bodega. El vino de Cangas del Narcea, acogido a la Indicación Geográfica Protegida con la denominación de Vino de Calidad de Cangas, es un elemento diferenciador por ser la única zona asturiana productora de vinos

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La tradición enológica de la comarca suroccidental de Asturias se remonta al siglo IX. Con el surgir de los primeros monasterios asturianos se produjo la evolución agrícola que llevó al mayor aprovechamiento de los suelos disponibles, ocupando la vid parte de ese terreno.

Su importante crecimiento comienza en el siglo XII con la entrada de los monjes benedictinos en el monasterio de Corias, ya que la superficie dedicada al cultivo de viñedo empieza a multiplicarse y esta tendencia se mantendría hasta el siglo XIX.

En la actualidad se consigue un caldo joven, ligero y apreciado por el gusto. Elaborado con variedades de vid autóctonas, consigue un aroma afrutado que representa el complemento ideal para la gastronomía de la zona.

Los productos y platos típicos de Cangas del Narcea se pueden degustar en una de las sidrerías, situadas en la zona de Gascona, en Oviedo, que organiza entre el 20 y el 26 de noviembre sus I Jornadas Gastronómicas de los productos de este concejo. Algunos de los platos que se van elaborar son pote con compango de la zona, chosco con cachelos, carne guisada al estilo Cangas, solomillo y chuleta de ternera. Tampoco faltarán los apreciados freixuelos como postres y el queso xenestoso; y todo acompañado por un buen vino de Cangas.

El queso xenestoso presenta una forma cilíndrica, con la cara lateral ligeramente cóncava. Tiene un tamaño pequeño, inferior al kilo de peso y su corteza es suave, poco definida y de color amarillo. La pasta está prensada, no cocida, de color amarillo suave, con bastantes grietas que le dan un aspecto laminar. La textura es blanda y granulosa. Su sabor es algo salado, con sensación grasa, y en los más curados se aprecia picante. Es habitual que se consuma en tapas y aperitivos.

El establecimiento hostelero organizador de las jornadas mantiene a lo largo de todo el año algunos de estos platos y ya consiguió el segundo premio en el concurso de cachopos celebrado recientemente en Asturias.

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