Una empresa asturiana de pirotecnia ha sido denunciada por la Guardia Civil de Illescas, en Toledo, al descubrir que había incurrido en infracciones graves al incumplir las distancias de seguridad exigidas y portar artículos pirotécnicos sin etiquetado o con deficiencias. Además, la compañía habría incumplido también el acuerdo europeo sobre transportes de mercancías peligrosas por carretera.

La Guardia Civil de la provincia de Toledo realizó este año un total de nueve inspecciones de espectáculos pirotécnicos organizados con motivo de las fiestas patronales en otras tantas localidades.

Estas revisiones forman parte de los cometidos del equipo de inspecciones de la Intervención de Armas y Explosivos, decidiendo la intervención de manera aleatoria en alguno de los municipios cuyos ayuntamientos habían solicitado la correspondiente autorización.

La operación en la que fue sorprendida la empresa asturiana se realizó en colaboración con la Guardia Civil de Illescas, según confirmó en un comunicado la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo. El ayuntamiento del concejo donde se iba a celebrar el espectáculo de fuegos artificiales solicitó la correspondiente licencia a la Delegación del Gobierno, contratando la quema de algo más de 812 kilos de explosivos. El calibre de los artificios determina, según la legislación vigente, las distancias de seguridad que hay que cumplir tanto respecto de los edificios como del público.

"La Guardia Civil comprobó que el peso del material descargado no correspondía con el que figuraba en la carta de porte, existiendo una diferencia de 91 kilos, y que había unidades sin el etiquetado reglamentario y otras en las que no se especificaba el peso del artificio", indicó la Benemérita de Toledo.

Además, los agentes localizaron también material de mayor calibre del que correspondía, por lo que las medidas de seguridad adoptadas también eran incorrectas. Este material fue retirado.

Una vez que ya había finalizado el espectáculo pirotécnico, la Guardia Civil inspeccionó también los tres vehículos en los que la empresa pirotécnica había transportado el material. En su interior encontró 18 bultos de material explosivo con un peso de 280 kilos, lo que suponía una diferencia de más de 371 kilos respecto a lo que figuraba en la carta de porte autorizada y la documentación aportada tanto a la Delegación del Gobierno como al Ayuntamiento de la localidad.

La Guardia Civil de Toledo intervino este año más de 120.000 unidades de material pirotécnico y formulado denuncias por infracciones graves también a comercios por incumplir la normativa de venta, así como en puestos ambulantes.