El deficiente estado de las líneas y del material ferroviario provocaron ayer tres nuevas incidencias en la red ferroviaria asturiana. No fue la huelga, convocada en Renfe por la Confederación General del Trabajo (CGT), sindicato minoritario, no provocó ninguna incidencia. Sí lo hicieron las "incidencias técnicas", que son las dos palabras que Renfe utiliza habitualmente para explicar la supresión de los servicios.

La incidencia más grave ocurrió a las tres y veinte de la tarde, a 15 metros de la estación de Oviedo, cuando se averió un tren que se dirigía a Alicante. "Sonó un golpe muy fuerte, paramos en seco, del coche seis empezó a salir humo y desalojaron a los viajeros. Una hora después consiguieron arrancar de nuevo el tren y volvimos a la estación", señaló uno de los viajeros, Antonio Martínez. Los pasajeros fueron trasladados a un tren de cercanías que los llevó hasta Pola de Lena. Allí subieron a otro convoy, pero tuvieron que aguardar otra hora hasta que llegó el maquinista. El tren acumuló 154 minutos de retraso y llegó a Madrid cerca de las diez de la noche, cuando tenía la llegada a las siete y veinte.

Antes, a primera hora de la mañana, en la línea Cudillero-Avilés, cuando un problema en la locomotora impidió la salida del tren. Aunque algunos afectados relacionaron lo ocurrido con la huelga, esta nada tuvo que ver. "Nos dejaron tirados sin informarnos con antelación. Cuando ya pasaba la hora nos dijeron que el tren no salía porque el maquinista no se presentó", criticó una viajera que pretendía desplazarse desde Candás hacia el centro. Los sindicatos relacionaron "los continuados problemas que se dan en las líneas" con "la escasa inversión en conservación y mantenimiento" y con que buena parte del material "está obsoleto".

La segunda incidencia ocurrió entre Ribadesella y Llanes, donde Renfe Ancho Métrico (antigua Feve) tuvo que fletar autobuses para trasladar a los pasajeros, porque no disponía de locomotoras diésel (la electrificación solo llega hasta la villa riosellana). En la capital llanisca los viajeros pudieron tomar un tren diésel que había llegado de Santander. Quedaron afectados por esta "incidencia técnica" dos servicios, uno en cada sentido.