La chimenea de la central térmica de La Pereda cerró ayer funestamente sus fauces malogrando la vida de un trabajador que realizaba labores de mantenimiento en su interior. Marcos Menéndez, de 41 años, cayó desde una altura de algo más 30 metros, impactando brutalmente contra una de las pasarelas interiores, situada a unos 15 metros del suelo. Inicialmente sobrevivió a una colisión que le causó, entre otras heridas, un fuerte traumatismo en la cabeza. Durante más de una hora se vivieron momentos de enorme angustia y dramatismo en el angosto interior de la chimenea, de unos 75 metros de altura. La Brigada de Salvamento Minero fue la primera en actuar, casi sin espacio para maniobrar, bajó al herido hasta el suelo. Sobre el pavimento, en coma, los sanitarios lucharon durante 45 minutos por mantenerlo con vida, con un casi desesperado intento final de reanimación. El titánico esfuerzo fue inútil. El terrible drama en el interior de estrecho conducto acabó con el hermano y la mujer del fallecido abrazados sin consuelo en el exterior de la chimenea.

El accidente se produjo alrededor de las doce del mediodía. El trabajador realizaba tareas de mantenimiento en la chimenea, comprobando el buen funcionamiento de los dispositivos que miden las emisiones de gases. Se trata de actuaciones rutinarias y periódicas que realiza una empresa auxiliar de Hunosa, Envira Sostenible, a la que pertenecía Marcos Menéndez. Vecino de Deva (Gijón), pero natural de Grado, contaba con 19 años de experiencia y era muy conocido en la térmica mierense debido a que acudía con frecuencia para realizar las necesarias labores de control y seguimiento. Ayer algo falló. Los informes de la Guardia Civil y de Trabajo determinarán las causas del siniestro. En la térmica de La Pereda nadie se atrevió ayer a explicar lo que pudo pasar. El presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, estuvo en la central siguiendo el operativo.

La chimenea de La Pereda tiene un carcasa exterior que es la estructura que se aprecia desde fuera. Entre el conducto interno de evacuación y la pared perimetral se forma una cavidad de poco más de un metro de ancho. Cada quince metros, en altura, hay una pasarela metálica que permite los trabajos en el interior. Por ese hueco, entre el segundo y primer piso, se precipitó el operario. Desde el ámbito empresarial no se dieron ayer detalles de lo sucedido. Los equipos de rescate y la Guardia Civil también evitaron, como sucede siempre en estos casos, entrar a valorar el siniestro. Ahora bien, fuentes consultadas que tuvieron acceso al lugar del accidente aseguraron que el fallecido llevaba al arnés de seguridad puesto. El informe final deberá confirmarlo.

El último accidente mortal en la minería asturiana se produjo el 26 de agosto de 2011, cuando un trabajador del pozo Candín, Rafael Molero Fernández, de 44 años, perdió la vida tras quedar atrapado entre una máquina y una tolva. El SOMA y CC OO acordaron ayer que todos los centros de trabajo de Hunosa estarán hoy de luto. La plantilla parará por completo, renunciando al jornal. La medida se ha tomado aún cuando Marcos Menéndez pertenecía a una empresa auxiliar. En este caso concreto, el trabajador fallecido era muy apreciado tanto por sus compañeros como por el personal de la central de Hunosa: "Era buena gente y jovial", apuntaban ayer operarios de la térmica. El fatídico accidente sacudió a los compañeros de Marcos Menéndez, conocido como "Quino" entre muchos de sus allegados.

"Era un compañero diez"

El abatimiento se volvió angustioso ante el llanto de los familiares a pocos metros de la chimenea. "El golpe no ha podido ser más duro, ya que deja un hijo muy pequeño", apuntaba una compañera, muy afectada. "Era un gran chaval, con el que siempre podían contar. Un diez como compañero. Lo daba todo por los demás", apuntan sus amigos. En su juventud fue un apasionado del hockey sobre patines, jugando en el Club Patín Areces de Grado, donde conoció a su esposa. Más tarde retomó este deporte, incorporándose al equipo de veteranos moscón. También le gustaba esquiar. "Quino" será despedido hoy en la parroquia de Báscones, su pueblo, a las seis de la tarde.