Un deslizamiento de tierra y piedras de distintas dimensiones dejó ayer anulada nuevamente la comunicación por tren entre las comunidades de Asturias y Cantabria. El paso de convoyes entre las regiones tuvo que ser interrumpido a primera hora de la mañana después de que un argayo invadiera las vías del tren a la altura de Las Bajuras de Pimiango, en el concejo de Ribadedeva, a tan sólo dos kilómetros de la localidad cántabra de Unquera.

Varias máquinas y trabajadores de Adif se emplearon durante horas para despejar la zona y asegurar el terreno, afectado por un deslizamiento de tierras del talud que flanquea la caja por la que discurre el ferrocarril. Además de retirar los sedimentos que dificultaban el paso de los trenes, los operarios despejaron la zona arbolada para evitar su caída. De igual forma, otras máquinas trabajaban reponiendo parte del trazado.

El corte afectó tanto a transportes de mercancías como a trenes de viajeros, dos por la mañana y dos por la tarde, que tuvieron que utilizar la alternativa propuesta por Adif desde que la circulación se vio interrumpida. Así, los usuarios del convoy de pasajeros se desplazaron por carretera hasta la estación más cercana para poder continuar su viaje en tren.

No es, ni mucho menos, la primera que vez que Adif tiene que interrumpir sus comunicaciones debido a la inestabilidad del terreno que flanquea las vías. En el mes de diciembre la caída de unas rocas sobre la infraestructura ferroviaria obligó a cortar la circulación de trenes entre las localidades de Pola de Gordón y La Robla. Hasta 16 horas se mantuvo Asturias incomunicada debido a un deslizamiento que afectó a una decena de trenes. Tres días antes de aquel incidente las comunicaciones ferroviarias se habían interrumpido con la Meseta por la caída de un poste sobre la catenaria entre Puente de los Fierros y Campomanes.