Dos infectados por coronavirus en Tarna (Caso) y uno en Bulnes (Cabrales) activaron ayer las alarmas en estas dos pequeñas localidades asturianas, si bien la Consejería de Salud no ha decidido -al menos no lo había hecho al cierre de esta edición- poner en marcha un programa de diagnósticos masivos. El Principado confirmó ayer 31 nuevos positivos, de los que 17 son contactos estrechos de casos conocidos. La región rebasa así la frontera de los 3.000 contagiados, con un total de 3.004. En relación con el cribado comunitario efectuado en Poo de Cabrales, se han identificado dos positivos que se suman a la mujer contagiada por la que se desplegó la intervención.

En Bulnes se desató la indignación. Los hosteleros del pueblo más aislado de la región -no dispone de carretera, sino de un funicular- clamaron para pedir a los turistas que usen mascarillas y cumplan las medidas de seguridad. Los cinco bares de este territorio singular cerraron sus puertas ante el positivo por covid-19 del camarero de uno de los locales. Tomaron esta decisión para evitar la propagación de contagios, ya que Bulnes está siendo un hervidero de gente -de Asturias y de toda España- que en muchos casos no respetan las medidas de seguridad. Ahora, se está a la espera de que las autoridades determinen si harán pruebas PCR a todo el personal.

Por ahora, el bar "El Redondín" seguirá cerrado al menos 14 días por el positivo de uno de sus camareros. El resto abrirá cuando la situación sanitaria esté controlada. Esto supone un gran varapalo para estos negocios, pues en Bulnes durante el verano se congregan tanto turistas que van a visitar el pueblo como amantes de la montaña que cubren rutas por Picos de Europa.

"La gente sube en funicular sin mascarilla, van como un rebaño de ovejas. Deberían poner a la Guardia Civil para controlar a los que suben al pueblo", declaró José Manuel Martínez Mier, del bar Casa Guillermina, uno de los establecimientos afectados. El hostelero es sumamente crítico con el comportamiento de muchos: "La gente piensa que aquí, como estamos en el monte, no hay coronavirus". Ante el cierre de los cinco bares, incluso tuvieron que padecer las críticas de los turistas. "La gente marcha enfadada porque no pueden tomar algo, cuando cerramos precisamente para proteger su salud", añadió Martínez Mier.

El Alcalde cabraliego, José Sánchez, también afeó el comportamiento de los turistas. "La gente pasa de las normas. Hoy (por ayer), en Sotres, me avisaron de que llegaron más de 100 personas en autobuses sin mascarilla. Es una falta de educación y de respeto enorme", critica. El socialista subió este jueves en funicular hasta Bulnes y explicó que en este transporte "no permiten a nadie ir de pie, van todos sentados y tienen que llevar mascarillas. Pero lo que pasa entre que suben y bajan del funicular, nadie lo sabe. Y luego también se entra en la discusión de si la gente está haciendo deporte o no".

La Consejería de Salud tiene su lupa puesta en la pequeña localidad de Tarna, en el concejo de Caso, donde han sido detectados dos casos positivos de coronavirus. Se trata de dos mujeres, ambas vecinas de Gijón, una de las cuales tiene una casa en el pueblo casín. La segunda la está acompañando en sus vacaciones. El alcalde del concejo, Miguel Fernández, fue avisado y de forma inmediata "nos pusimos en contacto con los vecinos del pueblo, para que tengan mucha precaución". Durante el invierno, Tarna, situado a mil metros de altura, cuenta apenas con cinco habitantes. Por el verano, son aproximadamente un centenar, a los que hay que añadir los turistas de paso. El Ayuntamiento y los vecinos están expectantes ante la posibilidad de que se hagan pruebas PCR masivas.

Un conocido restaurante de Lena ha cerrado sus puertas "por responsabilidad". Según ha informado el restaurante Casa Farpón (Mamorana), la decisión llega tras "un posible positivo muy cercano a un miembro del equipo".