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Asturias encara el final de la oleada de contagios pero vigila los casos en mayores

La incidencia en jóvenes se desploma un 70% en 20 días | “Habrá que vacunarse el año que viene, y el siguiente”, avisa la ministra de Ciencia

Bañistas en la playa de San Lorenzo Ángel González

Asturias encara ya el final de la quinta ola de contagios del coronavirus con la incidencia en descenso en todas las franjas de edad, los ingresos en planta a las puertas de su estabilización y la llegada de pacientes a las UCI aún aumentando, pero con previsión de que se frene en días. El consejero de Salud, Pablo Fernández, apeló ayer a la “prudencia”, tras asistir al consejo interterritorial de Salud. “La incidencia está disminuyendo a costa del descenso en los grupos más jóvenes, pero con unas cifras aún muy altas, y con estabilización en los mayores de 65 años”, detalló el consejero. Recordó, además, que la variante mayoritaria del virus en Asturias es la de tipo “delta” (con casi el 60 por ciento de los casos, según el Gobierno regional), por lo que toca “estar muy vigilantes a fin de proteger los grupos de mayor edad y evitando el impacto en las residencias”. El martes se detectaron 201 casos, pero la tasa de positividad sigue alta, en el 9,30%,

La mirada se dirige hacia los mayores, una vez que la descomunal incidencia entre los grupos más jóvenes no vacunados que se ha vivido las últimas semanas comienza un drástico descenso (la incidencia se redujo en ellos un 70% en 20 días). Las razones están claras: las vacunas protegen, pero un bajo porcentaje de quienes se infecten con el virus, aun habiendo recibido las dos dosis, necesitarán hospitalización y, algunos, sufrirán graves consecuencias. El elevado número de casos en jóvenes, aun siendo estos menos proclives a sufrir consecuencias graves, eleva el riesgo de contagio en el resto de grupos vacunados. Tanto es así que ya se han producido casos en residencias de ancianos, donde se encuentran los asturianos más vulnerables a la enfermedad.

Moratoria de tercera dosis. Además, esta situación se produce cuando, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, el aumento de contagios en ancianos abre el debate en Asturias sobre poner ya una tercera dosis a los mayores. Es precisamente estos últimos días cuando se está detectando un aumento de la edad de hospitalización. En pleno debate, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió una moratoria mundial de esa tercera dosis en mayores a fin de asegurar las primeras dosis en otros países y así garantizar el objetivo de que el 10 por ciento de la población mundial esté vacunada a finales de septiembre, ya que la mayoría de las vacunas han terminado en los países ricos.

Cada vez parece más claro que las vacunas del covid serán una constante durante muchos años. La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, reconoció ayer que “nos vamos a tener que vacunar muchas más veces” contra la covid-19, ya que el virus “no nos va a abandonar”. Morant recalcó que no se refiere a la tercera dosis en este mismo año, “sino el año que viene, el siguiente... va a haber otras fases de vacunación a las que nos vamos a tener que someter”, recalcó.

Asturias pide más vacunas. Mientras, alcanzar la inmunidad de grupo sigue siendo la mejor arma contra el coronavirus. El presidente del Principado, Adrián Barbón, recalcó que el 68% de los asturianos tienen ya la pauta completa. “Eso nos sitúa a la cabeza de España”, comentó. El Presidente insistió en que el Principado sigue demandando más vacunas (“Cuantas más vacunas nos lleguen, más vacunas que inoculamos y más protección que damos a la población”, dijo) y que apuesta incluso por recibir las que no se usen en otras comunidades. “Hemos planteado que, si hay comunidades que no utilizan determinadas vacunas, como la de Janssen, nosotros pedimos los excedentes para vacunar a todo ritmo”, dijo el Presidente. Tres de cada cinco jóvenes entre 20 y 29 años ya se han vacunado con al menos una dosis. Y son ya uno de cada cinco los asturianos de entre 10 y 20 años que han recibido un pinchazo.

La enseñanza de la ola. La enseñanza de esta quinta ola es clave para el futuro, cuando la convivencia con el virus se convierta en algo cotidiano. La principal lección es que una amplia vacunación limitará de manera muy evidente las consecuencias sanitarias y, con los jóvenes también inmunizados, el riesgo de circulación del virus será mucho menor. Pero ocasionalmente se darán situaciones en los que se produzcan brotes o repuntes, por lo que las medidas de higiene seguirán siendo necesario. Eso sí, las limitaciones a la actividad económica serán residuales salvo situaciones excepcionales.

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