El Principado va a empezar “compartiendo” que el problema del puente de La Barrosa “no se ha resuelto adecuadamente”. La estructura lleva apenas diez años en servicio y los riesgos que obligan a desmontarla, y que desde el pasado verano han devuelto el tráfico entre Salas y Tineo a la vieja carretera de La Espina, plantean impedimentos técnicos “difíciles de resolver. La realidad es tozuda y lo dijimos en su momento: que aparecieran en tan poco tiempo deficiencias en ese puente es algo difícil de explicar. El Ministerio tiene que resolverlo y explicarlo”. Es el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, exponiendo en la Junta lo que sabe de una obra que por su propia naturaleza de intervención “de emergencia” no detalla horizontes temporales precisos de finalización, precisa. A preguntas del diputado popular Álvaro Queipo, que calificó de “decepcionante” la respuesta “burocrática” del Consejero, Calvo asumió que ese “menor plazo posible dentro de las posibilidades técnicas constructivas y de recepción de los materiales necesarios” es “insuficiente, pero la realidad constructiva la tenemos ahí”.

El consejero responsable de las infraestructuras asturianas entró en ésta, de titularidad estatal, reclamando un “análisis de situación” de más amplio espectro que sitúe el contexto de esta fatalidad en la “recuperación por fin, después de tantos años de parálisis, de la finalización de la Autovía del Suroccidente. Ha habido una situación desgraciada”, detalló el Consejero en referencia al argayo de Casazorrina, que aún está pendiente de la consolidación definitiva de la ladera, pero pidió reconocimiento para los quince millones de euros que el proyecto de presupuesto del Estado consigna para “seguir avanzando en las obras”. Se destinarán a la segunda calzada entre Salas y El Regueirón, que el Principado pedirá se ponga en servicio el próximo año, y al tramo Casazorrina-Salas, afectado por la consolidación de la zona del argayo y “sin plazo ni noticias de solución definitiva”.

Queipo elevó el tono del reproche hasta la acusación, “no hemos visto verdadera voluntad de morder en el Gobierno de España”, y el escepticismo respecto a los plazos de la Autovía hasta la convicción de que “no nos los creemos. Ni nosotros ni ningún vecino del Suroccidente”. “Tienen un puente justo al lado que sólo habría que copiar para abrir la calzada lo antes posible”, remata. “Una estructura de este tipo puede estar lista en dos meses o en dos años dependiendo de la voluntad de un Gobierno. Tienen las herramientas suficientes para que esto no se alargue en el tiempo”. A vuelta de turno, Calvo repite que comparte lo inadecuado de la solución en La Barrosa y que “una obra de emergencia no está sujeta a los mismos parámetros que una convencional. La solución técnica tiene que ser segura, y si no se puede realizar en un plazo menor, será porque hay dificultades que lo impiden. Nadie piensa que se está demorando por otra cuestion”.