El PP asturiano abrirá el curso político atacando el flanco a su juicio débil de una sanidad en proceso de “deterioro” que asigna al Gobierno de Adrián Barbón “las peores listas de espera de la historia”. La coordinadora del grupo popular en la Junta, Beatriz Polledo, ha entrado en agosto anunciando para septiembre una petición de comparecencia parlamentaria urgente del consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, para que aclare el "colapso" sanitario asturiano y sus repercusiones en forma de "falta de diagnósticos para miles de asturianos, atasco de consultas y retraso de pruebas". Quiere explicaciones sobre el alza del número de pacientes en espera de primeras consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas y adelanta que en Asturias “inversión y gestión no van de la mano”, o que urge “desmontar el cortijo sanitario socialista” que en su versión tiene parte de la culpa en esta “nefasta gestión” que, “hablando claro”, lleva 35 años en manos de “cargos intermedios cuyo mérito es tener carnet del PSOE. Y eso no es lo más deseable. Lo que necesita la sanidad asturiana son buenos gestores”, resalta la diputada.

Polledo utiliza la evolución de las listas de espera como punto de apoyo para su afirmación de que “el deterioro está llegando a niveles inasumibles”. Adelantándose a la réplica, la coordinadora del grupo popular se protege afirmando que este Gobierno “ya tenía las peores listas de espera de la historia antes de la pandemia” y que las sigue teniendo a pesar del plan de choque que “Barbón y su consejero aplican tarde y arrastrando los pies”. “Lo que se nos puede venir encima es muy preocupante”, añade entrando en un recuento que desde antes de la pandemia ha subido “un sesenta por ciento” el número de pacientes en espera por la primera consulta con el especialista y un 42 desde 2021: de los 59.977 que había en junio de 2019 a los 66.710 de 2021 y a los 94.842 de este año. “A nadie se le escapa” que este “tapón” “falsea y maquilla” las listas quirúrgicas, “porque si no hay consultas y pruebas diagnósticas difícilmente se pasará a unas esperas por las operaciones” que han subido un dieciocho por ciento, destaca, de los 18.864 pacientes de 2019 a los 22.292 de este junio. “Con unos datos bastante mejores que los de este año”, remata, “el pasado éramos la tercera comunidad autónoma con más personas esperando para operarse y ver al especialista”. En lo que va de año, según el dato que divulgó el lunes LA NUEVA ESPAÑA, se ha realizado una media de unas 154.000 primeras consultas con el especialista al mes. En 2016, el promedio se situaba en el entorno de las 172.000, lo que apunta hacia una reducción de la oferta de consultas en la sanidad asturiana.

Después de reprochar a Barbón que no haya recibido a los médicos de primaria desde antes de la pandemia, Beatriz Polledo afirma que “más de la mitad de los problemas de la sanidad asturiana se resuelven con una buena gestión” y enfocando “las dos vías, con medios propios y con convenios”, porque en la situación actual del sistema público “los asturianos están siendo empujados a la sanidad privada. Los seguros han crecido” en un momento en el que por ejemplo el hospital de Jarrio tiene un plantel de seis anestesistas y “ha dado vacaciones al mismo tiempo a cuatro, con la mala suerte de que uno de ellos tuvo un problema médico” y solamente ha quedado uno, lo que ha obligado a suspender operaciones. Su batería de alternativas de gestión habla de incentivos para los puestos de difícil cobertura, de soluciones para dejar de ser "la comunidad con la hora de guardia más baja de España" o de "acabar con la penalización de la exclusividad", única también en Asturias.

Con respecto a la confirmación de la fecha de inicio de la obra de ampliación en el hospital de Cabueñes, el próximo día 19, la diputada popular incide sobre un retraso y una licitación a sabiendas de que quedaría desierta que evalúa como “una tomadura de pelo” sin asunción de responsabilidades. El centro ampliado, sentencia, “debería haber estado en servicio durante la pandemia. Así nos habríamos ahorrado la imagen de un hospital saturado y con camillas por los pasillos”.