Sariego despide a Pedro Piquero, fallecido en el accidente de Lamasanti: "Estamos rotos de dolor"

La víctima descansa ya en el cementerio de Santa María de Narzana: "Era una persona admirable, y no es un tópico"

Amigos y familiares de Pedro Piquero conducen el féretro hasta el templo.

Amigos y familiares de Pedro Piquero conducen el féretro hasta el templo. / Luis Vega

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Pedro Piquero Iglesias, la víctima mortal del accidente de Lamasanti en la medianoche del pasado sábado, ya descansa en el cementerio de Santa María de Narzana, en Sariego. Decenas de personas acudieron al funeral con el corazón en un puño y las lágrimas a flor de piel, especialmente ante la presencia de Mari Iglesias, la viva imagen del dolor, que acudió al funeral por su hijo con la ayuda de dos familiares.

Poco antes de la una de la tarde de este miércoles, el furgón funerario llegó a la campa de la iglesia. En medio de un dolor solo roto por los sollozos de los familiares y amigos de Pedro Piquero, el féretro fue conducido al templo de Santa María, de una antigüedad venerable (data del siglo XII), que se quedó pequeño ante el gran número de personas que quisieron despedir al saregano. Allí estaban sus familiares (no su esposa Sara, que permanece en el HUCA), sus amigos, gentes del mundo de los tatuajes, en el que Piquero se había hecho un nombre, pero también personal de Acciona, la empresa para la que trabajaba en el mantenimiento de la climatización de los edificios municipales de Gijón. También acudieron personas de otras personas que le trataron profesionalmente. "Era una persona admirable, y no es un tópico", aseguraba uno de sus amigos.

Asistentes al sepelio, y al fondo el párroco Roberto Mata.

Asistentes al sepelio, y al fondo el párroco Roberto Mata. / Luis Vega

El párroco de la Unidad Pastoral de Sariego, Roberto Mata Santamaría, resumió los sentimientos de todos los presentes: "Estamos rotos por el dolor, no entendemos, pero parece que se nos olvida que somos hijos de la muerte. No podemos buscar culpables. Fuera culpables y fuera porqués. Se alinearon las circunstancias y sucedió. Pedro Piquero era una buena persona, pero tenemos que preguntarnos qué hacemos de bueno nosotros por la sociedad". El sacerdote bilbaíno puso el acento en cómo está afectando este fallecimiento a "la sociedad de Sariego, que se siente vulnerable por la muerte de una persona tan joven", en un momento como este, en el que está tan en el alero el futuro del mundo rural.

Tras el funeral, los restos de Pedro Piquero fueron enterrados en el contiguo cementerio, al que acudieron numerosos de sus familiares para darle un último adiós. Numerosos amigos del fallecido, quedaron en la campa de la iglesia tratando de confortarse. Todos estaban indignados por la forma en que su amigo había fallecido, en un accidente provocado por un conductor del que se está investigando si circulaba con una tasa de alcohol superior a la permitida. Los agentes están a la espera del informe del análisis de sangre que se le hizo a este conductor, un camionero de profesión, cuya identidad se corresponde con las iniciales M. P. Q., y que fue al hospital con lesiones.

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