Tapia de Casariego, la sede más pequeña de la EBAU 2023, con solo 42 alumnos

Asturias es la comunidad con más ubicaciones por habitante, según la Universidad, y los estudiantes del Occidente están repartidos en tres zonas

De las dieciséis sedes que hay de la EBAU este año en Asturias, la de Tapia de Casariego es la más pequeña de todas. Cuarenta y dos alumnos se examinan desde ayer de la selectividad en el instituto Marqués de Casariego. Tal y como destacó ayer el vicerrector de Estudiantes, Alfonso López, el Principado es la región con más sedes por habitante. «No solo hemos mantenido las de la pandemia, sino que las hemos ampliado», aseguró. Así, por ejemplo, en el Occidente hay tres sedes: además de Tapia, el IES Carmen y Severo Ochoa de Luarca, con 106 estudiantes, y el IES Cangas del Narcea, con 71. En conjunto son más de los examinan en el Oriente, con solo una sede en Ribadesella: 219 frente a 136. Por contra, la sala de exámenes más numerosa es la del campus del Milán, en Oviedo, con 593 bachilleres de los 4.769 totales que se examinan en toda Asturias. 

Jairo Reigosa, vecino de La Caridad, llegó ayer puntual al instituto Marqués de Casariego, de Tapia. Es uno de los cuarenta y dos estudiantes del centro tapiego y del Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo, que se examinan en este centro. Este joven se confiesa con «presión y nervios», aunque cree que no tendrá problemas para alcanzar la nota que necesita para cursar estudios de Química. 

Considera Reigosa que las pruebas necesitan un cambio porque ahora «meten demasiado de estudiar». La docente Eva Pérez, del instituto veigueño, coincide con este estudiante: «Creo que se debe dimensionar la parte memorística y darle más peso a la competencial. En Lengua, por ejemplo, se le da mucho peso a la sintaxis y menos al análisis crítico de un texto», señala la profesora que acompañó al grupo de Vegadeo. «Creo que vienen bien, nerviosos como siempre», apunta.

Aspirantes a la EBAU en la sede de Tapia de Casariego

Aspirantes a la EBAU en la sede de Tapia de Casariego / TANIA CASCUDO

Los de Tapia estuvieron acompañados por la profesora Azucena García, que también considera que hay materias en las que se prima en exceso la memorización. «Lo que es importante es que sean capaces de coger un texto, analizarlo y hacer un análisis crítico y no tanto hacer una relación de obras de autores que ni siquiera han leído», apunta. Esta docente reconoce que no es fácil cambiar la EBAU y, sea cómo sea la nueva fórmula, pide que sea un modelo en el que los chavales «sepan a qué atenerse».

En general, todos llegaron al examen compartiendo nervios y la presión de lograr buenas notas. El examinador que les fue llamando uno a uno para entrar al salón de actos trató de quitar hierro al asunto y les sacó alguna que otra sonrisa: «Va a ir todo muy bien, tranquilizaos, que hay tiempo de sobra». Ayer se sometieron a las pruebas más duras, las de Lengua Castellana y Literatura e Historia de España, comunes para todos los estudiantes, y hoy empezaba la jornada con Lengua Extranjera II y continuaba con la materia de modalidad y la fase de admisión (o para subir nota).

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