Ideas nacidas en la Universidad de Oviedo que dieron lugar a empresas: de una cerveza de sidra a un escáner antiargayos

Cuatro proyectos salidos hace un año de un laboratorio de pruebas de la institución académica están en el mercado o en proceso de crear una "startup"

Ángel Montero  y Carlos Cabo, con su escáner, en Salinas. | LNE

Ángel Montero y Carlos Cabo, con su escáner, en Salinas. | LNE / M. G. Salas

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Juan José Villanueva se propuso hace un año fusionar dos mundos: la cerveza y la sidra asturiana. Pero no quería hacer una bebida más de manzana. Quería probar algo nuevo, fabricar una cerveza que "supiese a cerveza" y que llevase dentro la historia de Asturias. Así surgió Mayada (el nombre ya dice mucho), la primera tostada fermentada con levadura de sidra y que acaba de salir al mercado. "Llevamos un mes y la acogida ha sido brutal. Quien la prueba, repite. Estamos produciendo unas 7.000 botellas a la semana", dice su creador.

Mayada salió de TalentUO lab, un laboratorio de experimentación que la Universidad de Oviedo puso en marcha el año pasado en colaboración con el banco Santander para apoyar ideas innovadoras (a través de una pequeña dotación económica y el asesoramiento de expertos) y dar lugar a nuevas "startups". El proyecto de Juan José Villanueva, ovetense de 43 años diplomado en Magisterio por la institución académica asturiana, es el primero que se convierte en empresa. Pero no el único. Carlos Cabo, investigador del departamento de Explotación y Prospección de Minas, y otros profesores están a un paso de constituir, con el apoyo de empresas, una "spin off" de la Universidad para explotar un escáner de bajo coste que monitoriza movimientos de tierra, que sirve por ejemplo para prevenir argayos. "Las pruebas de laboratorio han dado buenos resultados. Ahora la siguiente fase es implementar el prototipo en una situación de medida real y ponerlo en marcha. Esto lo haremos en canteras. Al mismo tiempo, estamos en fase de constituir una empresa", explica Cabo.

Para Juan José Villanueva, TalentUO lab ha sido un trampolín. Con su participación en el laboratorio, pudo desarrollar la parte teórica y buscar la mejor cepa de sidra para su cerveza: "Saccharomyces bayanus", de Sidra Trabanco. El resultado, asegura, "fue mejor de lo esperado": una cerveza "que sabe a cerveza –si no digo que está fermentada con sidra, nadie se entera–, rica en matices, con mucho sabor a malta y baja graduación alcohólica (5,3)". Villanueva, que tiene otra fábrica de cerveza artesanal, "12-70", piensa en exportar Mayada, cuando esté más asentada en España. También llevará su bebida al campeonato del mundo de cervezas, que tendrá lugar en septiembre en Londres. "La sidra tradicional, la de escanciar, es difícil introducirla en otros mercados. Mientras que la cerveza es muy fácil de vender y está en auge", comenta. Por eso cree que Mayada, la tostada de Asturias, puede triunfar en el extranjero.

Monitorizar el terreno

El laboratorio de la Universidad de Oviedo también dio a un grupo de profesores la "visibilidad" que necesitaban y encontrar colaboradores para hacer realidad su idea. Se trata de un escáner 3D de bajo coste que permite monitorizar el terreno en zonas que cambian rápidamente. Carlos Cabo pone ejemplos: "una cantera, en la que se busca cada día cuánto han avanzado las excavaciones; un talud en una carretera en el que se prevean posibles movimientos o desprendimientos; o la medición de la cantidad de material almacenado en explanadas (minerales, áridos, cereales, biomasa...)".

"Existen soluciones en el mercado para hacer estas mediciones, pero tienen un coste muy elevado (varias decenas de miles de euros) y suelen requerir la presencia de operadores. Lo que nosotros proponemos aquí es el uso de escáneres de bajo coste, que están diseñados originariamente para ser colocados en automóviles y ayudar a la conducción autónoma", detalla Cabo. El producto completo consta de un escáner, un sistema de alimentación, un soporte para la transmisión de datos y un software para su gestión.

Claudio Casiella, Paula González y Juan José Villanueva, con la cerveza Mayada. | Luisma Murias

Claudio Casiella, Paula González y Juan José Villanueva, con la cerveza Mayada. | Luisma Murias / M. G. Salas

Inicialmente, el proyecto surgió en colaboración con Ángel Montero, gerente de la empresa NB-Geo, con sede en el campus de Mieres y dedicado a la venta y alquiler de equipos de topografía. Con el impulso de TalentUO lab, se unieron otros profesores de las escuelas politécnicas de Mieres y de Gijón. Ahora la meta de todos ellos es crear una "spin off".

Insuficiencia cardiaca

Hay otros dos proyectos también muy avanzados, aunque se encuentran en una fase anterior. Es el caso de ICardioMonitor, un sistema de monitorización domiciliaria para controlar la insuficiencia cardiaca. "Algunas de las descompensaciones provocadas por la insuficiencia cardiaca son motivo de ingreso y, con frecuencia, están precedidas de la exacerbación de los síntomas. Por tanto, como hipótesis se planteó que, a fin de disminuir los reingresos hospitalarios, se podría desarrollar e implementar un sistema de seguimiento", explica Rubén Martín Payo, uno de sus impulsores, que a su vez es responsable del grupo de investigación de Promoción de la Salud, de la Universidad y el Ispa.

Ahora el prototipo está en fase de codiseño. En él participan un grupo de población con características similares a los usuarios finales, profesionales de la Universidad de Oviedo y del Ispa y cardiólogos del HUCA. "En la actualidad se está evaluando la factibilidad y usabilidad del sistema. Esto es esencial ya que permite identificar las dificultades que pueden encontrar los usuarios y establecer, en caso de necesidad, medidas de mejora. Los resultados preliminares están siendo muy prometedores, lo que indica que se procederá a la evaluación de su efectividad y a una mayor automatización", dice Martín, que resume TalentUO lab con una palabra: "oportunidad". "Nos permitió dar forma a la idea, ponernos en contacto con profesionales de otras disciplinas y aportar recursos. Sin todo ello, no estaríamos en el punto en el que nos encontramos", admite.

Tampoco Alejandro García Fernández, estudiante del doble grado de Derecho y ADE, que tuvo la idea de desarrollar una aplicación que advirtiese de la presencia de ciclistas (o peatones) en la carretera antes incluso de verlos para reducir el riesgo de accidentes. "La idea se fue formando durante bastante tiempo a raíz de circular regularmente por las carreteras asturianas. Mi familia tiene un bar en Vegalapiedra (Cangas del Narcea), en el que trabajaba todos los veranos y es una zona muy transitada por ciclistas o personas que suben andando al alto del Acebo. Me parecía muy peligroso encontrarse a ciclistas en carretera por la diferencia de velocidad y la poca protección que tienen", cuenta.

García decidió, entonces, llevar su idea al laboratorio de la Universidad de Oviedo. "Fue la confirmación de que el proyecto es viable tecnológicamente, que es interesante y tiene una utilidad real en el día a día", afirma. Aunque aún esta en "una fase muy temprana", el proyecto continúa y podría dar el salto a una empresa. "El proyecto lo inicié yo, posteriormente se unió una compañera y ahora hay gente interesada de la Universidad. Estamos trabajando en ello. Aunque desarrollarlo y comercializarlo implicaría crear una empresa, mucho trabajo, mucha inversión económica y pocas garantías", apostilla.

La segunda edición de TalentUO lab ya está en marcha. A mediados de este mes se recabarán las nuevas ideas y a lo largo de julio se hará la selección. El laboratorio en sí, con la participación de mentores, entrará en funcionamiento en septiembre/octubre en el campus del Milán. Este año, como novedad, avanza la vicerrectora de Transferencia y Relaciones con la Empresa, Begoña Cueto, se reforzará la parte de plan de negocio, y del total de ideas, se seleccionarán tres para ayudarles económicamente a poner en marcha una "startup".

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