Muere a los 64 años de forma repentina Tomás Álvarez-Buylla García, el Fiscal de Personas con Discapacidad de Asturias

"Excelente profesional y mejor persona y compañero, siempre será recordado por su carácter alegre", sostiene el Ministerio Público

Tomás Álvarez-Buylla García

Tomás Álvarez-Buylla García

Familiares, amigos y compañeros de Tomás Álvarez-Buylla García se despertaron ayer con la inesperada noticia de la muerte del fiscal ovetense, que falleció durante la noche del martes, a consecuencia de un infarto, con 64 años recién cumplidos el pasado día de Nochebuena. Quienes lo conocían lo recordarán siempre como un hombre «alegre y con gran sentido del humor», como una persona «generosa, cariñosa y atenta» de «enorme inteligencia» y como un profesional «ecuánime» con una visión jurídica de las más cualificadas de la región. Tomás Álvarez-Buylla era licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo. Su primer destino fue Lugo, pero volvió a Asturias en el año 1990 y desde entonces desarrollaba su profesión en la capital del Principado. Actualmente era el fiscal delegado de la sección de Personas con Discapacidad de Asturias, pero llevó casos con tanta repercusión como el crimen del descuartizamiento de Vallobín o el del niño hallado muerto en una maleta, entre otros. Tenía previsto jubilarse este mismo año para poder pasar más tiempo en su casa de Ribadeo, donde se sentía feliz. El funeral se celebrará hoy, a la una de la tarde, en la iglesia de San Isidoro el Real.    

Motero reconocido y amante de las Harley-Davidson, apasionado de la vida y enamorado «como un niño» de su mujer, Margarita Morán Lombardero, que es gestora en la oficina del Decanato de los juzgados de Oviedo. El fiscal «al que querían tanto sus compañeros como todos los funcionarios» también deja un hijo al que amaba «profundamente» y que lleva su mismo nombre, Tomás Álvarez-Buylla Morán. «Perdemos a un gran profesional y a una mejor persona. Era un gran amigo mío y todavía no me lo creo. Todo el mundo lo quería porque se hacía querer con su carácter alegre, su cercanía y su sencillez», asegura Juan Martínez Junquera, fiscal de Vigilancia Penitenciaria y compañero en el día a día del fallecido. «Los dos despachábamos los asuntos penales del juzgado de Instrucción número 3. Con respecto a su profesionalidad sólo se puede decir que era intachable», añade.

Martínez Junquera había tomado el café con Tomás Álvarez-Buylla el mismo martes por la mañana, sólo unas horas antes de su repentino fallecimiento. Solían hacerlo a diario y en ocasiones acompañados por otros compañeros de la Fiscalía, como Javier Marqués, Fernando Peralta, Carmen Rodríguez o Gabriel Bernal. Este último, también gran amigo del fallecido, tenía ayer un nudo en la garganta y le costaba contener la emoción al recordar su figura. «Nos conocíamos desde hace muchísimos años y puedo decir que era una persona entrañable. Era un hombre bueno, de corazón bondadoso y al que todo el mundo apreciaba, muy estimado en todos los sitios», asegura el fiscal que coordina los Delitos Económicos en Asturias. «Esto nos ha cogido a todos por sorpresa. Era deportista y disfrutaba mucho de la vida. Le gustaba mucho comer, viajar y salir en moto conmigo y con otros amigos. A lo largo de los años tuvo varias Harley-Davidson», dice Bernal. «Va a dejar un gran vacío», añade.     

El mazazo de la muerte de Tomás Álvarez-Buylla García fue de tal calibre que muchos de sus colegas de profesión no podían casi ni creérselo, como fue el caso de la fiscal superior de Asturias, María Esther Fernández. «Todavía estoy en shock, tengo un disgusto tremendo, es como si no hubiese pasado», decía ayer tras visitar a la familia del fallecido en el tanatorio. «Cuando vine desde Galicia en el año 2013 para asumir el cargo me recibió con los brazos abiertos y desde el primer momento nos llevábamos muy bien. Compartíamos una forma de entender la Fiscalía y también de vivir», asegura María Esther Fernández. «Era cercano y entrañable y le encantaba su trabajo. Era muy respetuoso con todo el mundo», añade la que fue su jefa durante la última década.

Otro de los que asistió ayer al tanatorio nada más enterarse de la fatal noticia fue el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Jesús María Chamorro González. «Todos los jueces y magistrados que prestan sus servicios en Asturias y yo mismo estamos impactados con esta tristísima pérdida tan inesperada. La relación con Tomás, tanto profesional como personalmente, ha sido siempre excelente, cálida y muy cercana y, sin duda, es una pérdida irreparable para su familia pero también para nosotros», asegura Chamorro.

En su familia también cayó como una losa la muerte del fiscal. Su primo Ricardo Álvarez-Buylla, que es abogado, estaba ayer impactado tras enterarse de lo ocurrido. «Es un susto muy grande. Estaba muy bien y esto ha ocurrido tan de repente que es difícil de asumir. Era un buen tipo y un fiscal de los mejores, de los que velaba por la justicia sin miramientos y no se casaba con nadie», asegura el letrado. «Además era un gran aficionado al Real Oviedo», añade. Otro de sus primos, Manuel Álvarez-Buylla Álvarez-Santullano, el vicepresidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, también se quedó «de piedra» al conocer la noticia. «Era un profesional tremendo además de una persona muy llana y muy querida», asegura. «Estaba todo el día con su mujer, con la que llevaba un montón de años. No se separaban nunca», subraya.