La procesión de San Juan es una de las principales citas religiosas de la comarca avilesina dado su gran capacidad de convocatoria. Centenares de personas participaron ayer en el paso que recorre las principales calles de La Arena y que, como manda la tradición, da por iniciada la costera del bonito para la flota pesquera local tras la bendición de las aguas del Nalón. El buen tiempo animó a los arenescos y vecinos de otras zonas del municipio a acercarse a La Arena para admirar la popular procesión marinera que desde el año pasado tiene la distinción de fiesta de interés turístico regional.

La procesión partió de la iglesia de la localidad pocos minutos después de la una de la tarde. Los niños y niñas vestidos de primera comunión abrieron la comitiva. Tras ellos, unos setenta costaleros ataviados con el traje de verano de la Armada, portaban las diecisiete imágenes que durante el resto del año descansan en el interior de la iglesia parroquial. En un principio, la organización de la procesión dudaba de si conseguiría suficientes costaleros para "sacar los santos", pero al final, el número se superó con creces. Incluso hubo alguno que se ofreció momentos antes de comenzar el paso. La primera imagen que procesionó fue la del Niño Jesús de Praga y la última, la Sagrada Familia.

Antiguamente, los costaleros que participaban en esta centenaria procesión sólo eran hombres. Tenían que ser solteros y no haber realizado el servicio militar. "La mayoría de los jóvenes hacían la mili por la Armada, de ahí el traje marinero", explicó Fernando González, presidente de la asociación cultural "Garabuxada" y uno de los organizadores de la procesión. Desde hace varios años, también procesionan mujeres que también iban vestidas con el traje marinero de la Armada.

Como manda la tradición, cuando la procesión encaró la zona de la rula, la sirena de la lonja de pescadores avisó a los vecinos de que en unos minutos, el párroco local Faustino Martínez iba a bendecir las aguas y dar por iniciada la costera del bonito en la localidad. Las gaitas sonaron durante todo el pasacalles en el que no faltaron las autoridades civiles presididas por el alcalde, Jaime Menéndez Corrales.

El paso fue el penúltimo acto de las fiestas de San Juan en esta localidad costera de Soto del Barco. Tras la bendición de las aguas, la comitiva retomó su camino y volvió de nuevo a la iglesia parroquial de La Arena para devolver las diecisiete imágenes al templo. Las fiestas de La Arena, que dan la bienvenida al verano en el concejo sotobarquense, comenzaron el pasado sábado y contaron con la tradicional quema de la hoguera y varias verbenas en el entorno de la plaza de la iglesia parroquia.

Precisamente en ese mismo enclave se clausuraron estas multitudinarias fiestas al ritmo de la orquesta "Alma Latina", que comenzó a tocar hacia las siete de la tarde.