La segunda juventud de Lora, el "goleador" feliz del Marino: "No hay gimnasio y el campo no es perfecto, pero tiene encanto"

"Queremos salvarnos sin sufrir", dice el madrileño, que lleva cuatro goles con los de Luanco tras cambiar de lateral a centrocampista

Lora, en primer término, en un entrenamiento del Marino de Luanco esta temporada. | María Fuentes

Lora, en primer término, en un entrenamiento del Marino de Luanco esta temporada. | María Fuentes / Antonio Lorca

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Alberto Lora (Madrid, 1987) pasó por las categorías inferiores del Madrid; por el Sporting, en el que estuvo 12 años, disputando 141 partidos en Primera y, tras una temporada en Chipre, cumple ahora su cuarta campaña en el Marino de Luanco, donde está redescubriendo otro fútbol, más cercano, con menos medios pero con al menos tanto sentimiento como en clubes más grandes. El equipo de Luanco está, además, cuajando una gran temporada en Segunda RFEF, más cerca de los puestos de arriba que de los de abajo, y mucha culpa de ese buen rendimiento la tiene Lora, que ahora también marca goles: lleva cuatro.

"Estamos disfrutando y creo que haciendo un buen año, en una situación tranquila en la clasificación cuando nos suele tocar sufrir; desde que yo estoy en el Marino la salvación siempre ha estado muy ajustada, así que si lo conseguimos con algo de antelación mejor", confiesa el futbolista, que justifica su versión más goleadora en la posición que está ocupando: "Estoy jugando en el centro del campo, cerca del área, de mediocentro y de segundo punta; y encima estoy teniendo la fortuna de ver puerta, que yo siempre lo primero que quiero es que gane el equipo pero confieso que marcar goles me da alegría". Y le hace volver a sus orígenes: "En las categorías inferiores del Madrid era delantero". De hecho, su evolución a otros puestos fue paulatina, primero en el Sporting B como mediocentro y, por fin, "Preciado apostó por colocarme de lateral y ahí hice toda mi carrera", explica.

Lo que dice y la forma en que lo hace dejan pocas dudas de que Lora en el Marino y en Luanco, sobre todo, se lo está pasando muy bien, alejado de los focos pero viviendo cosas que solo se encuentran en el fútbol más modesto: "En el Marino, en Luanco lo que he encontrado sobre todo es humildad y cómo se le da sentido a la palabra familia; Luanco es pequeño, pero allí el club es muy grande, la gente le tiene un cariño enorme", dice.

Sabe Lora que en el Marino no va a tener tantas comodidades como cuando jugaba en Primera, pero que la gente que le rodea les dará todo lo que tiene: "Tienes que adaptarte a no tener gimnasio propio, a un campo que no es perfecto, ese tipo de detalles, pero tiene su encanto y encuentras mucha humanidad, gente que aporta lo que tiene". Al frente, un presidente, Luis Gallego, al que Lora riñe por ser "demasiado bueno": "Se hace querer, es una buena persona que nos trata como a sus hijos, se pasa", concluye.

El futuro de Lora pasa seguro por Asturias, donde lleva desde 2006, reside en Gijón con su mujer y sus hijos y de momento se ve dentro del campo: "Me encanta el fútbol, siento el cosquilleo en el estómago cada vez que hay partido y mientras lo tenga seguiré jugando, no me imagino sin fútbol". En cuanto a la competición, alaba lo que está sucediendo con sus vecinos de Avilés: "Veo que cada vez hay más gente en el campo, más ilusión en la ciudad y creo que es gracias al trabajo de Diego Baeza y me alegro por el fútbol asturiano". Más preocupado le tiene el Sporting: "Como aficionado, se sufre cuando las cosas no van bien, si me pongo en la piel de los jugadores sé que son los primeros que están fastidiados porque no salen las cosas y porque el Sporting no está luchando por lo que le corresponde; el único secreto para salir de esa situación es seguir luchando y trabajando".

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