El comercio vecino de Zara teme un efecto dominó por el cierre de "una tienda imán"

"No queda otra que resistir, dar el mejor servicio posible y confiar en la fidelidad de la clientela", dicen los empresarios menos derrotistas

Peatones en la plazuela frente a la tienda de Zara en Avilés.

Peatones en la plazuela frente a la tienda de Zara en Avilés. / Miki López

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Si hay un sector económico al que le va como anillo al dedo el adjetivo "resiliente" (capaz de adaptarse a una situación adversa) ese es el pequeño comercio, que en el caso de Avilés lleva una década perdiendo tamaño y empleo, capeando crisis y buscando la forma de sobrevivir a la competencia de las ventas por internet. Por si todo eso fuera poco, Inditex anunció el pasado día 8 el cierre de su tienda Zara de Avilés. A la conmoción inicial por la noticia le siguió un periodo de incredulidad y ahora, en vísperas del cierre –Zara baja la persiana por última vez ese sábado–, los pequeños comerciantes vecinos del gigante de la moda se preguntan cómo les va a afectar la marcha de la multinacional gallega.

LA NUEVA ESPAÑA ha recorrido el "centro comercial urbano" del que Zara es corazón y las impresiones recogidas, si bien coinciden en que el cierre de la tienda estrella de Inditex es "una mala noticia", difieren en la forma de afrontar el golpe pues los estados de ánimo fluctúan entre el derrotismo, la resignación y quienes no dejan de ver en este bache una oportunidad para coger impulso.

El zapatero Francisco Javier Rodríguez da por sentado que menguará el flujo de gente que transita por las calles próximas a Zara "y eso significa menos clientes potenciales". A lo que añade que las "escasas facilidades para aparcar" agravan el problema. Tampoco la cercanía del centro comercial El Atrio se ve como bálsamo: "Hace tiempo que no funciona como tal, su poder de atracción de público es limitado".

Tania Rodríguez, que regenta sendas tiendas de ropa de caballero, lamenta que el cierre de Zara "agrava el panorama patético que se aprecia en Avilés desde que finalizó la Navidad" y que a su modo de ver es perceptible en el "vaciado de las calles en cuanto cae la tarde". Esta comerciantes confirma que "Zara es un imán que mueve mucha gente e indirectamente nos beneficia a todos su presencia".

Un nombre mira el escaparate de una tienda cercana al local de Zara.

Un nombre mira el escaparate de una tienda cercana al local de Zara. / Miki López

La también comerciante textil Sara Vilaboy teme que el cierre de Zara "reste afluencia a la zona en un momento delicado, pues al comercio en general no le va bien", si bien, como veterana del sector que es, confía en que "aún no sé cómo, pero sobreviviremos; al menos lo intentaremos".

Relativo optimismo también en las palabras de la dueña de una zapatería que prefiere no difundir su nombre, pero acepta opinar: "Ahora mismo la sensación que me causa el cierre de Zara es de incertidumbre y pena; personalmente, mi clientela es otra y confío en que no me afecte pero eso se irá viendo". Otro comerciante que acepta hablar pero sin que su nombre conste cree que el cierre de la tienda avilesina del gigante de la moda debería ser visto como "oportunidad". ¿Oportunidad de qué?: "De reinventarse, de tratar de llenar el agujero que deja, de defender el pabellón del comercio de proximidad".

El personal de Zara afectado por el cierre (una veintena), entre tanto, sigue enfrascado en las conversaciones con la empresa para cerrar acuerdos de traslado a otras tiendas de la firma en Asturias. Se barajan tres opciones: la gran tienda de próxima apertura en Parque Principado (Siero) y las urbanas de Oviedo y Gijón. La empresa ha sido receptiva, según ha podido saber este diario, a que las trabajadoras sin medios de locomoción propios pasen a integrarse en las plantillas de Oviedo y Gijón, ciudades a las que existen mejores combinaciones de transporte desde Avilés que a Parque Principado.

Críticas de Vox a la gestión del tráfico y las peatonalizaciones

En el ámbito político, el grupo municipal de Vox se hizo eco ayer del declive comercial de Avilés del que informó el pasado domingo LA NUEVA ESPAÑA –un 15% menos de tiendas en una década–. Según la portavoz de Vox, Arancha Martínez Riola, "la caída del comercio local avilesino es consecuencia de la gestión socialista de cierre al tráfico y peatonalización de las calles comerciales".

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