El Festival de Cine LGTBI estrena un filme pensado para la educación sexual

"Ni ogros ni princesas" aspira a proporcionar conocimientos y habilidades para practicarlos

María Rodríguez, ayer, en el Centro Cultural Niemeyer. | María Fuentes

María Rodríguez, ayer, en el Centro Cultural Niemeyer. | María Fuentes / Marián Martínez

Marián Martínez

Marián Martínez

El filme "Ni ogros ni princesas", protagonizado por el artista multidisciplinar Rodrigo Cuevas y la educadora sexual María Rodríguez, se presentó ayer en el marco de la programación del VIII Festival de Cine LGTBI que se desarrolla en el Centro Niemeyer. "Lo interesante es que se ofrecen muchos conocimientos, pero también habilidades para ponerlos en práctica", señaló la protagonista, que reclamó la implicación del conjunto de la sociedad en la educación sexual. Su compañero de reparto no acudió a la cita, pese a haberse anunciado su presencia, alegando motivos de agenda.

"Ni ogros ni princesas" es un programa de educación sexual orientado al alumnado de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) impulsado por las consejerías de Salud y de Educación. Una iniciativa en la que Asturias es pionera a nivel nacional. Ahora, da el salto de la web a la gran pantalla de la mano de Tierravoz Producciones. Su productora y directora, Carmen Comadrán, explicó antes de la proyección que con este salto "facilitamos que se pueda ver toda la información de manera global. La educación sexual no es el privilegio que tienen algunas personas de recibirla en determinados centros educativos, sino que la debería recibir el conjunto de la población. Al convertirlo en película y poder mostrarla en espacios como el festival de Avilés, ampliamos los públicos, y eso es clave".

La actriz protagonista da el salto de las aulas a la pantalla, "una experiencia superdivertida", pero que además, "nos ha permitido controlar los materiales y los temas para hacer contenidos significativos para la adolescencia, que sean de su interés, y no desde una mirada adulta".

En su opinión, como especialista, "lo interesante es que cada parte de esta película plantea contenidos para trabajar con metodologías, y es lo bueno del programa, porque ofrece muchos conocimientos en torno a la sexualidad entendida de manera integral, y no solo la erótica. Pero además, ofrece habilidades, porque tener conocimientos no significa que tengan las habilidades para ponerlos en práctica", señaló. Se refiere, por ejemplo, a la comunicación, la gestión emocional y la resolución de conflictos. "Si a una persona la rechazan, lo respeta pero tiene que saber gestionar su frustración", explica.

Y luego están los valores, "que son como las señales de tráfico, que hay que conocer, porque si un stop te lo saltas, te puedes llevar a una persona por delante. La base de los buenos tratos es la forma en que podemos empezar a generar relaciones igualitarias, sanas y positivas", señaló María Rodríguez.

¿Su reivindicación? "La educación sexual debe ser una tarea comunitaria, dejando de lado los tabúes, para que las respuestas no se busquen en internet, ni en las redes sociales, ni en las series de televisión".

Suscríbete para seguir leyendo