Fracasa la operación para sacar de la playa de Bañugues el velero que encalló el viernes
Salvamento Marítimo y los socorristas de Gozón lo dan todo para que el barco noruego que se refugió en la ensenada pueda ir a dique seco
Saúl Fernández / Ricardo Solís
El velero es noruego. Tiene 17 metros de eslora, es decir, de longitud de popa a proa. Como a las once menos cuarto de la noche de este viernes se adentró en la ensenada de Bañugues, en el concejo de Gozón, en busca de la calma que había perdido cuando se fundieron los plomos de la embarcación. Sin energía eléctrica, los dos tripulantes no eran capaces de seguir adelante en mar abierto. Sin embargo, no eligieron el mejor puerto de refugio posible: Bañugues es una planicie sin apenas caída, es decir, cuando hay pleamar, el mar apenas inunda la playa.
Esa era la situación ayer a media tarde. Una lancha de Salvamento Marítimo se plantó en la zona de salida de la ensenada, hasta donde el calado le permitía operar. Allí es donde entró en acción la zódiac del Ayuntamiento de Gozón, la que utilizan los socorristas en sus incursiones más peligrosas.
Lo que había que hacer era aguantar el cabo que la lancha de Salvamento Marítimo le iba a lanzar. La zódiac entonces, cuando empezaba la pleamar –en torno a las seis de la tarde–, tomó rumbo al velero que había quedado encallado a la altura de unas rocas en la playa. Y como consecuencia del accidente, el timón quedó hecho trizas y la orza, clavada casi en la arena. La orza es una especie de aleta con forma de triángulo rectángulo, cuyo cateto mayor se aplica y asegura exteriormente a la quilla del barco. O sea, una aleta de tiburón, pero sumergida.
El plan estaba claro, pero la fuerza de las olas es inconmensurable y sucedió lo que no tenía que pasar: que el velero en lugar de tomar el camino de salida de la ensenada, se acercó más a la orilla de la playa. Allí se había montado, en ese momento, una pequeña romería de curiosos que contemplaban cómo uno de los socorristas prestaba ayuda a bordo de la lancha de goma. O sea, que se lanzó al mar desde la playa y nadando se llegó al lugar en que estaba la zódiac, el cabo y sus compañeros.
Entre el inicio de la operación y la llegada al lugar del velero había transcurrido ya más de una hora. El cabo que había lanzado la lancha de Salvamar es un monstruo que pesa un quintal. Y se notaba en la cubierta del velero. Allí estaba el patrón del navío y uno de los socorristas tratando de anudar el cabo en el velero con el fin de evitar el balanceo de la embarcación y que el accidente fuera más grave de lo que en realidad había sido porque pese a la circunstancia de tener un velero con las velas recogidas en medio de una playa que de normal está llena de niños, lo que sucedió no fue extremadamente grave. La avería había provocado que los equipos electrónicos hubieran saltado y, como consecuencia de ello, la orientación se hubiera disipado. Y todo a una hora en que la noche se cerraba más de la cuenta.
El timón se destrozó y la orza también. Ni el patrón, ni su acompañante –un familiar– habían sufrido herida alguna. Pasó por la playa una patrulla de la Guardia Civil –del puesto de Candás– y también dos agentes de Aduanas que subieron al velero. Mientras tanto, los dos navegantes bajaron a comer a uno de los chiringuitos de la playa para acordar la maniobra de salida y protección en dique seco (los testigos peritos del suceso confirmaron que en su estado era imposible poder seguir navegando). Está previsto que en la próxima pleamar, los dos noruegos dejen Bañugues.
Suscríbete para seguir leyendo
- La Monstrua" era solo una niña: la verdad tras la obra maestra del Prado que se expone ahora en Avilés
- Daniel Alonso vuelve a sus orígenes para ser hijo predilecto por "su huella indeleble en su pueblo y en la sociedad": "Estoy muy emocionado
- Arde un coche en la salida de Avilés hacia la "Y" y genera algunas retenciones en la zona
- La Policía pilla en Avilés a una "camella" que distribuía de forma ilícita fármacos potenciadores sexuales a domicilio
- Saint-Gobain justifica los despidos en Avilés porque prevé una reducción a la mitad de sus ingresos en el plazo de tres años
- El Avilés Stadium, más vivo que nunca: habla la nueva directiva del club
- Urgen el envío de una ambulancia a Plasencia para traer al HUCA a una avilesina gravemente enferma
- Paseo por la infancia de Daniel Alonso: así fue el retorno del empresario a su casa natal en Arija