Entrevista | María Asunción Mateo Escritora y viuda de Rafael Alberti, habla el martes en el Niemeyer

«Si estuviera viviendo el actual momento político, Alberti estaría sorprendido y afligido», dice la viuda del escritor

«No fui una de las muchas que alegró la vejez del poeta como se ha llegado a decir; me da risa, porque es falso, pero resulta indignante»

Asunción Mateo

Asunción Mateo / LNE

L. Landázuri

Tras 23 años en silencio, María Asunción Mateo habla y lo hace con una declaración de amor. Ese que vivió junto al poeta Rafael Alberti y que ahora adopta forma de memorias. Bajo el nombre «Mi vida con Alberti. Para algo llegaste, Altair» (nombre con el que poeta se refería a su esposa en sus versos), la viuda de uno de los integrantes de la Generación del 27 recoge sus vivencias a lo largo de 350 páginas «que son la verdad y lo que viví junto a Rafael». La que fuera mujer de Alberti será la primera invitada del nuevo trimestre del ciclo Palabra en el Centro Niemeyer. Allí, la escritora presentará la obra el próximo 10 de octubre a las 20.00 horas.

–Rompe su silencio tras 23 años callada, ¿por qué escribe ahora sus memorias con Alberti?

–La anécdota es de lo más literaria. Un día, organizando nuestra biblioteca se me cayó una carpeta que estaba llena de cartas que me escribía Rafael y había una hoja en la que me pedía que escribiera sobre nuestra felicísima vida. Nunca pensé hacer unas memorias, pero después de ese episodio, en 2021 me puse a escribir porque de no hacerlo pensaba que no estaba cumpliendo con lo que le habría gustado a Rafael.

–¿Qué cree que le habrían parecido al poeta sus memorias si las hubiera leído?

–Lo he pensado varias veces y creo que le gustaría porque lo que quería era que contara nuestra feliz convivencia y es lo que mejor se refleja en el libro. La felicidad compartida durante ese tiempo.

–¿A qué Alberti se va a encontrar el lector?

–Va a encontrar su parte más humana, no la literaria que está en todos sus libros. Hablo de un Alberti muy desconocido, inesperado para la gente que lo que conocía era su figura poética o política... Las memorias muestran a ese Alberti cotidiano, generoso, lleno de ternura que seguro que va a gustar al lector.

–Precisamente fue un hombre muy comprometido con su tiempo a nivel político, ¿qué diría del momento convulso que se vive ahora?

–Sería muy atrevida si me lanzase a decir lo que pensaría Rafael. No te lo puedo decir, sé que estaría sorprendido, incluso afligido. Lo que sé es que cada vez que le preguntaban sobre su filiación política siempre decía que su corazón era comunista. Era un hombre fundamentalmente bueno y lo demostró a lo largo de toda su vida.

–¿Cómo se plasma una vida en 350 páginas?

–Va a resultar extraño, pero el libro se hizo de un tirón. Salió como una conversación en la que todo aflora de forma torrencial. Me cayó la carpeta, la abrí, encontré la nota y me fui inmediatamente al ordenador a escribir. Tuve claro cómo se iba a llamar el libro y qué foto llevaría en la portada. Nunca escribí una obra tan rápido. Encima, los lectores lo han acogido muy bien y no esperaba que fuese a causar esa sensación.

–En el libro hay amor pero también algunas declaraciones polémicas hacia amigos del poeta a los que llega a llamar «viudos de Alberti».

–Cuento mi vida con Rafael y en ese camino hemos encontrado a personas buenas y otras malas. Lo único que hago es reproducir lo que ellos han dicho en la prensa, entre ellos el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, o Benjamín Prado. Cuestionaron nuestra relación y les molestaba que no les hubiese pedido permiso para casarse conmigo. Eso sí, empezaron a hablar cuando Rafael murió, antes no se atrevieron. Me sentí perseguida y maltratada.

–Ha llegado a decir que ha sufrido machismo en silencio durante 23 años.

–Sé que si los comentarios vertidos por García Montero los llega a hacer otra persona a los periodistas les habría sorprendido. Por el papel que ocupa es el menos indicado para hablar mal de uno de los representantes máximos de la literatura del siglo XX. En el libro hablo de ello, llegó a decir que Rafael era un pelele en mis manos...

–¿Cree que ahora su relación con Alberti sería vista de otra forma?

–Totalmente. No se habrían atrevido a decir nada porque los habrían calificado de machistas y si vas con la careta de progresista no puedes hacer eso. No fui una de las muchas que «alegraba» la vejez del poeta como he leído por ahí. Me da risa, porque es falso, pero es indignante porque no se puede tratar así a nadie.

-Con el libro publicado y con buena acogida ¿Siente que le queda algo por hacer?

–Seguir manteniendo el legado de Rafael, dándolo a conocer porque es un poeta eterno. Al final, no es un libro de rencor, sino dedicado al amor que sentí por Rafael, que fue lo mejor que me pasó en la vida.