Aparcar en El Parche "es como un tetris", critican los automovilistas

El escaso tamaño de las plazas del parking municipal desespera a los usuarios y dificulta las maniobras

José Luis Garzón, en el aparcamiento de la plaza de España, junto a dos coches entre los que apenas queda espacio.

José Luis Garzón, en el aparcamiento de la plaza de España, junto a dos coches entre los que apenas queda espacio. / F. L. J.

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

La mayoría de las plazas del parking municipal de la plaza de España de Avilés (el subterráneo del Parche) ni siquiera dan la medida de lo que convencionalmente se califica como una plaza de aparcamiento "pequeña": 4 metros de largo y 2,25 metros de ancho; y por supuesto están lejos del tamaño estándar de las "medianas", las que tienen medio metro más de largo y 15 centímetros más de ancho. De esta pequeñez de las plazas del parking que más se usa en Avilés se quejan los usuarios –"aparcar aquí es como resolver un tetris"– y tiene constancia absoluta el empresario y exconcejal del PP de Avilés José Luis Garzón, un fanático de las medidas que ha tirado de cinta métrica y concluye: "La mayoría de las plazas miden 2,20 de ancho, que se quedan en 1,76 en aquellas donde toca columna. No es normal que un parking de esta categoría tenga plazas tan raquíticas". A modo de comparativa sonrojante, el Ayuntamiento de Málaga, entre otros de España, dispone por ordenanza municipal que las plazas de los parkings públicos han de medir 5 metros de largo y 2,5 metros de ancho.

Que haya más o menos centímetros disponibles es relevante a la hora de aparcar coches cada vez más voluminosos pues la tendencia del sector es hacer vehículos cada vez más grandes. Garzón asegura que recientemente quiso aparcar en el subterráneo del Parche y tardó media hora en lograrlo: "Lo intenté en siete plazas y lo único que conseguí fueron tres rayones en la carrocería y un cabreo monumental". Logró dejar el coche a la octava intentona, "en una plaza más grande que por suerte quedó libre". Y es que al pequeño tamaño de las plazas se une la alta ocupación habitual del parking, lo que imposibilita invadir plazas libres durante la maniobra de aparcamiento. El exconcejal sugiere una solución: "Algunas de las series de tres plazas entre columnas, convertirlas en dos y cobrar por su uso en consonancia a la mayor superficie ocupada".

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