Villabona (Llanera),

Gonzalo BENGOA

Los vecinos de Villabona se muestran escépticos ante la intención de los políticos del concejo de llegar a un consenso para solicitar que el centro penitenciario de Asturias deje de llevar el nombre de la localidad llanerense. «Igual es más fácil cambiar de nombre el pueblo que la cárcel», ironiza José Ramón Díaz, quien lidera una tertulia en el bar del pueblo sobre este asunto, que se abordó durante el pasado Pleno municipal. «Desde la inauguración de la cárcel, todo han sido perjuicios para el pueblo, y, por extensión, para sus vecinos», explica Díaz, quien piensa que «será muy difícil que cambien el nombre del penal, después de tanto tiempo».

Más enérgico se muestra Chema Ramos, quien regenta el bar de Villabona y lleva años luchando por ofrecer «una imagen distinta a la que percibe el ciudadano de nuestra localidad». El joven no ve fácil el cambio en la denominación del penal asturiano, pero asegura que de conseguirse, «tardaremos otros quince años en lavar nuestra imagen».

Ramos lamenta que la «gente sólo identifique la localidad con la cárcel» y afirma que fue un error denominar el centro penitenciario con un nombre «que ni siquiera es el lugar donde está construido».

Este razonamiento lo mantienen todos los vecinos de Villabona consultados ayer por LA NUEVA ESPAÑA. Aclaran que la cárcel está ubicada en La Llaniza, y no en Villabona. Según explica Antonio Díaz, vecino del pueblo desde hace 52 años, el terreno donde se levantó el penal fue propiedad del conde Villabona. «Quizás haya sido el motivo por el que llevamos esta cruz», lamenta. Díaz afirma que denominar la cárcel con el nombre de su pueblo les perjudica hasta tal punto que alguna carta, con destino a su domicilio, «se desvió a la cárcel por error».

Todos destacan esta decisión que creen injusta, que se remonta a 1992, año de la inauguración del centro penitenciario ubicado en Llanera. Muchos aseguran que las gestiones para evitar este error debieron realizarse en la época de construcción de la cárcel, y no ahora. «Los que quieren cambiar el nombre no lo tendrían que haber dejado poner», afirma José Luis Suárez, a quien le sorprende la decisión de los representantes políticos de Llanera en el último Pleno municipal. Suárez no entiende «cómo decidieron denominar la cárcel con el nombre de nuestro pueblo. Podría citar siete pueblos más cercanos al penal que Villabona», afirma el vecino.

Suso García también se muestra escéptico ante un posible cambio en la denominación del penal asturiano y razona que la cárcel «no cambiará de nombre de forma tan fácil. De ser así, ya lo hubieran hecho», sentencia. García se incorpora a la tertulia matutina, en la que cada vez intervienen más vecinos. Llegan a decir que la identificación de Villabona con la cárcel «afecta a los propios vecinos del pueblo», ya que, muchas veces, cuando ven a alguien desconocido bajarse en la estación de Renfe, «pensamos fijo que van en dirección a la cárcel».

Consideran que si todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Llanera -PP, PSOE e IU- están de acuerdo en este asunto, el cambio podrá estar más cerca, pero dudan de que se consiga. En lo que coinciden es en que «todo el país nos conoce de forma equivocada». Y no hay que ir muy lejos.

«En Asturias dices que eres de Villabona y te creen en la cárcel». Lo explican Susana Argüelles y Cristina Díaz, dos jóvenes que, además, lamentan el escaso desarrollo urbanístico de Villabona en estos últimos años. «Quizás haya tenido que ver la cárcel, pero la localidad no ha crecido», expresan las dos mujeres.

«Todo el mundo asocia nuestro pueblo a la cárcel, y me temo que esta idea se mantenga aunque cambien el nombre del penal», afirma Susana Argüelles. A su amiga le llama la atención el hecho de que cuando el centro penitenciario estaba en la capital del Principado, «nadie hablaba de la cárcel de Oviedo, y nosotros estamos padeciendo un perjuicio injusto».

Una opinión similar es la que expresaron ayer otras vecinas del pueblo. «Cuando subes a un taxi y dices Villabona, te preguntan si vas a la cárcel», comenta Gloria Peláez, quien insiste en que la ubicación real del centro penitenciario es La Llaniza.

Muchos internos y familiares se bajan en la estación de Renfe de Villabona, aunque menos desde la apertura del apeadero de Tabladiello, más cerca del penal. Ana Suárez apunta que de Villabona a la cárcel hay unos 7 kilómetros de distancia, y muchas veces ha llevado en su coche a varios presos, por la escasez de taxis en el pueblo.

Todos esperan con cierto escepticismo que los políticos de Llanera se pongan de acuerdo y lleguen a un consenso para solicitar el cambio en la denominación de la cárcel. De todos modos, esperan con más expectación el anuncio del futuro desarrollo urbanístico de Villabona, que ayudará al pueblo a crecer. Los vecinos exigen desde hace años más inversiones en el pueblo que ayuden a rejuvenecer la población.