Ya pasaron unos días desde que el PSOE perdió la Alcaldía de Siero, el cuarto municipio de Asturias y, aunque el tema parece que ya está bastante explicado, creo que hay que profundizar en la intrahistoria de este, para los socialistas, desgraciado suceso.

Lógicamente, habría que comenzar por la elaboración de la actual candidatura, que llegó después de un largo proceso de negociación entre dos sensibilidades internas, por un lado, los «corralistas», y por el otro, los militantes cercanos al ámbito obrero.

Dicha lista, que tenía como número 1 al en aquel entonces alcalde, Juan José Corrales, llevaba de número 2 a todos los efectos a Julio Carretero. Es sometida en primer lugar a unas elecciones primarias internas contra otra lista, encabezada por el diputado Faustino Álvarez, auspiciada por la FSA y presentada a la votación por la anterior ejecutiva de Juan José Corriols. El resultado es de todos conocido, y la candidatura de Corrales y Carretero gana dichas elecciones primarias.

La anterior ejecutiva, encabezada por Juan José Corriols, en un ejemplo de dignidad política, ante el tremendo varapalo recibido, no intenta perpetuarse en el poder con una ficticia «moción de confianza» y hace lo que tenía que hacer, dimitir.

En ese momento la comisión ejecutiva regional decide poner al frente de la agrupación a una comisión gestora presidida por el veterano militante José Antonio García Casal, «Piti».

La candidatura pasa todos los procesos internos que marcan nuestros estatutos y es aprobada por la comisión de lista y el comité regional sin que sufra modificación alguna.

Se presenta en las elecciones municipales a los ciudadanos, que conocen perfectamente quien es el número 1 y quien es el 2. Realizadas éstas, la candidatura socialista gana las elecciones a la del Partido Popular por más de 200 votos.

Aquí se plantea la primera pregunta: una vez votada la candidatura por los ciudadanos, ¿a quién pertenece?, ¿a los partidos o a los ciudadanos que la votaron? Es un tema filosófico complicado y difícil de resolver, pero la ley electoral es clara: «Es candidato a alcalde el número 1 de la lista». Por tanto, esto ningún partido parece que lo pueda cambiar si éste no lo acepta.

Pero sigamos con la historia. Se proclama alcalde al número 1 de la lista, como no podía ser de otra forma, y, la primera decisión que toma la comisión gestora, presidida por el compañero Casal, es la de elección de los tenientes de Alcalde, y ¡sorpresa!, aunque el Alcalde hace la propuesta de Carretero como primer teniente de alcalde, el presidente de la gestora, el compañero Casal, dice textualmente: «A Carretero no se le puede dar tanto poder, debe ser "Cepi", y relegan a Julio Carretero a segundo teniente de alcalde y nombran primero a Ángel García "Cepi", que ocupaba el número 6 de la candidatura, rompiendo el acuerdo primario de elaboración de la lista. En aquel momento, aunque no se entendió, nadie mostró públicamente su oposición, por dos razones: una, que era una competencia legal del Alcalde, y dos, que un mes después de las elecciones no nos pareció el momento adecuado para provocar la primera fisura en el Gobierno municipal. El compañero Piti en ningún momento explicó a los afiliados la causa de tal decisión.

Cuando la FSA lo permite, se realiza la elección de nueva ejecutiva, operación tutelada en todo momento por Casal, y pone al frente de la Agrupación Socialista de Siero, con más de 500 afiliados, a una ejecutiva de muy poco peso político, pero donde es verdad que estamos todas las sensibilidades representadas, una ejecutiva dócil tanto al poder municipal como a la FSA. A García Casal se le nombra «gurú» de la tribu (jefe espiritual y persona que habla con los «dioses»), y establece su templo en su casa, en las montañas de Hevia. Allí se reúne un grupo reducido de miembros de la comisión ejecutiva y otros miembros de fuera de la misma (vulgarmente llamado «sanedrín»), donde se deciden ciertos temas que no es muy conveniente pasar por el pleno de la comisión ejecutiva municipal, y a la que posteriormente se le dará todo hecho.

Llega la infausta mañana del día siguiente de Comadres y pasa lo de todos conocido. El mismo día y con posterioridad a la reunión del «sanedrín», se reúne la comisión ejecutiva y decide que «no hay problema, esto le puede pasar a cualquiera».

Pero ¡otra sorpresa! El secretario general y el secretario de organización de la FSA salen a los medios de comunicación al día siguiente calificando el hecho de grave. La ejecutiva local tiene que rebobinar rápidamente y llamar a Corrales para convencerlo de que dimita. Él acepta, pero pone dos condiciones: una, que se le arregle su problema personal, y dos, que su sustituto sea Cepi y no Carretero.

Rápidamente se reúne el «sanedrín en casa del «gurú», y la conversación es muy interesante:

Uno: Bueno, tendremos que nombrar a Carretero sucesor, es el número 2.

Gurú: Imposible, tiene rizos, rabo, echa azufre por la boca y, lo más grave?, ¡es del SOMA!.

Otro: Pues, entonces, ¿qué hacemos?

Secretario general: Voy a daros el perfil que debe presentar el candidato: 1.-Que se lleve bien con los funcionarios. 2.-Que le tenga aprecio la Policía municipal. 3.-Que sea consciente de que la tolerancia en cuanto a posibles corruptelas es cero. 4.-Sintonía con la ejecutiva municipal y 5.-Que no defienda más intereses que los de los ciudadanos de Siero.

Todos a coro: Cepi...

Uno: ... Pero, es el número 6 de la lista, el candidato legal es el número 2, y además hay un acuerdo?

Secretario general: Bueno, ¿quién manda aquí? Se le comunica al grupo, y el que no lo acepte, expulsado.

Y, no hay más que hablar.

Esto ocurría el domingo 14 de febrero. Más tarde llama el secretario de organización de la FSA y pregunta: «¿Supongo que ya habréis hablado con el número 2, Carretero, para que asuma la Alcaldía?». «No, hemos decidido que sea el número 6, Cepi».

El día 15, lunes, sin hablar con el grupo, ni con ningún otro partido político del arco municipal, aparece en la primera página de LA NUEVA ESPAÑA: «El PSOE sierense quiere que Ángel García, "Cepi", releve a Corrales hasta las elecciones», Y el que no lo crea, que acuda a la hemeroteca.

El martes 24 de febrero se reúne la comisión ejecutiva y decide por amplia mayoría que el candidato sea Ángel García, «Cepi». La secretaria de política municipal los advierte de que no puede ser candidato legal, que tiene que ser el número 2. Se le contesta que la FSA y la ejecutiva federal les garantizan que eso no es así, que está todo atado.

La comisión ejecutiva reúne al grupo y se encuentra con la sorpresa de que cuatro concejales apoyan a Carretero, y otros tres, a disposición del partido. Y además, que Carretero y Ángela Llende se niegan a firmar la renuncia.

Ante la negativa a ceder en sus derechos, la comisión ejecutiva municipal abre expediente a los números 2 y 5, y la ejecutiva federal los expulsa provisionalmente,

El Alcalde en funciones convoca el Pleno para el martes 9 de marzo. Hay un informe del secretario municipal que dice: «Según sentencias del TC, mientras la expulsión no sea definitiva el candidato legal del PSOE será el n.º 2». La FSA se pone nerviosa e interpone un contencioso firmado por el concejal Octavio Serrano y el secretario de organización de la FSA, Jesús Gutiérrez, pidiendo la suspensión del Pleno hasta que no se produzca la expulsión definitiva. En aquel momento el Partido Popular no había llegado a ningún acuerdo con otros grupos. El alcalde sería Julio Carretero.

El juez considera el recurso «fraude de ley», y ordena convocar el Pleno en 48 horas. Dicho plazo es suficiente para que el Partido Popular, el PINSI y La Fresneda se pongan de acuerdo y nos arrebaten la Alcaldía.

Pero lo más esperpéntico ocurre en dicho Pleno. El único candidato legal del PSOE es Julio Carretero, y hubo cuatro compañeros que no cumplieron lo estipulado en los estatutos del PSOE y votan en blanco. Esto está tipificado como falta muy grave que conlleva la expulsión. Estamos esperando que abra la Comisión Ejecutiva Municipal el correspondiente expediente disciplinario. Creo que esperaremos sentados?

Después de todo este sinsentido, la comisión ejecutiva municipal demuestra una enorme falta de dignidad política y se mantiene en su puesto, Saca de la manga una «moción de confianza» (no hacen asambleas ordinarias ni extraordinarias de gestión desde mayo de 2009) y es refrendada por el 44% de los afiliados. Casi todos favorables, ya que los dos grupos de la oposición interna no se prestaron al «lavado de cara» y no participaron en la votación. Seguro que hay que ponerles una medalla por lo bien que lo hicieron.

Y por último, menudo papelón el de la FSA. Pierden el cuarto ayuntamiento de la región con una patética actuación en la que prefieren un alcalde del Partido Popular a que sea Julio Carretero.

La secretaria de política municipal primero dice que lo que pasa en Siero no le interesa. Después lo compara con la vez en que dimitió Juan Luis Rodríguez Vigil como Presidente del Principado y se escogió a Trevín que era el número 1 del Oriente y no al 2 del centro, sin conocer, ella que es diputada regional, el artículo 3.2 de la ley del Presidente, donde dice: «Podrá ser candidato a presidente del Principado cualquier diputado propuesto por al menos cinco miembros de la Junta». En cambio la ley electoral municipal es clara: es candidato el número 1 de cada lista, y se éste dimite, el 2 pasará a ser el número 1.

Y abundando en ello, la comisión ejecutiva regional propuso a Trevín, pero el tema tuvo que votarse en el comité regional, donde hubo dos candidatos.

El secretario de organización de la FSA, ante la inexperiencia y bisoñez de la comisión ejecutiva municipal (las ejecutivas se miden o se pesan cuando hay problemas), tenía que presentarse en la agrupación de Siero y por lo menos intentar el diálogo entre los grupos enfrentados. Parece mentira en él, con la experiencia que tiene, que no se diera cuenta de que la decisión tomada por la comisión ejecutiva municipal nos llevaría a perder tan importante Alcaldía y que con ello el Partido Popular dominaría el centro más poblado de la región.