Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

La cultura siempre ha sido deficitaria en Siero, pero ahora, con el advenimiento de la crisis, se está convirtiendo en un gran problema presupuestario. Especialmente, desde la aparición del gran complejo cultural de Pola de Siero, concebido durante una época de vacas gordas en la que nada hacía presagiar que se llegaría a la actual situación. La irrupción del coloso cultural en el capítulo de gastos del municipio desajustará, necesariamente, el equilibrio presupuestario de la cultura de Siero, que siempre ha sido difícil de conseguir debido a la enorme dispersión y proliferación de centros por todo el territorio.

Baste el ejemplo del coste energético. La factura mensual de la energía del complejo cultural de la Pola supera los 5.000 euros mensuales, a pesar de que la actividad en los edificios no está todavía a pleno rendimiento. El problema, según explicó la concejala de Economía y Hacienda, Tomasa Arce, está en que los tres edificios tienen el mismo enganche para la energía, que es lo que sube el precio, porque los mínimos contratados son muy altos.

A este problema hay que sumar otros dos: el de los servicios que ofrece la Fundación, que son deficitarios, y especialmente el del personal. Respecto a este último, dadas las limitaciones estatales impuestas a la contratación de nuevos trabajadores, el municipio no puede cubrir todas las plazas necesarias para dar vida a los edificios, «y aunque el Estado no nos pusiera estas limitaciones, tal como están las cosas, no podríamos permitirnos pagarlo», destaca Arce.

La única solución, apunta la concejala, es «reestructurar los servicios». De hecho, aún de forma provisional, ya se están acomodando las limitaciones de la plantilla a las crecientes necesidades, utilizando personal de unos centros sociales o culturales como apoyo para otros equipamientos.

En el futuro inmediato será fundamental el apoyo y la colaboración de las asociaciones culturales del concejo, que ya se está dejando ver en algunos casos. Un ejemplo es la nueva Casa de la Música de Pola de Siero, que no tiene conserje, donde el Ayuntamiento ha dejado en manos de Siero Musical y la Asociación Sierense de Amigos de la Música la apertura y el cierre del edificio.

No obstante, Tomasa Arce aclara que, una vez que se consume el traslado definitivo de la Casa de Cultura al nuevo edificio, el complejo cultural contará con dos conserjes al día, uno por la mañana y otro por la tarde, «que al menos supondrán un balón de oxígeno», ya que se las podrán arreglar para mirar por los tres edificios.

Respecto a la financiación de los cursos y talleres de la Fundación, el servicio sigue siendo muy deficitario, y el municipio, con las tasas que acaba de aprobar, apenas ha incrementado los ingresos para hacerles frente. El año pasado la Fundación recaudó por sí misma 190.000 euros, y este año se prevé un incremento de ingresos de 5.145 euros. Teniendo en cuenta que el Ayuntamiento aportó a Cultura el año pasado una transferencia de 1.818.000 euros y que este año las cuentas del municipio no permitirán ingresos cuantiosos, Tomasa Arce cree que para mantener los servicios como están, sin una reestructuración, «habrá que quitar ingresos de otros sitios, porque son actividades muy deficitarias».