El 98% de los centros de Primaria de Asturias imparte Llingua Asturiana en sus aulas, pero sólo entre el 50 y el 52% de los alumnos la cursa. Aunque la cifra de matriculados en Secundaria ha aumentado, aún es inferior: ronda el 15%, y sólo el 70% de los institutos oferta esta asignatura a sus alumnos. Entre el 80 y el 90% de los centros concertados tiene esta optativa, que estudia el 20% de los alumnos.

Así, no es de extrañar que el director general de Planificación Lingüística y Normalización, Fernando Padilla Aparicio, aprovechando la conmemoración del Día de la Llingua Materna en Pola de Siero, invitara a los escolares que cursan esta asignatura a animar al resto de compañeros que optan por Cultura Asturiana a que se apunten a estudiar Llingua. Razones no faltan porque, como argumentó Padilla, sirve para disfrutar de la música, pedir perdón o dar las gracias, así como para estudiar las tablas de multiplicar o leer una novela. Porque "ye la llingua de toos, metévoslo bien na cabeza", argumentó. "Saber asturianu ye más que saber una llingua, ye un sentimientu y una forma de sentir el mundu".

Fernando Padilla Aparicio apuntó que el Principado está "negociando con el Ministerio de Educación el reconociiento y especialización de los profesores de Llingua". Más del 95% de los docentes que imparten esta asignatura son interinos, así que piden la revisión del Real Decreto de especialidades para que tengan "los mismos derechos que el resto del profesorado".

Los alumnos de asturiano de los colegios Xentiquina (Lieres), Celestino Montoto y Hermanos Arreguir, de Pola de Siero, así como los de la escuela infantil Peña Careses, apostaron por mantener viva la lengua y la cultura de sus antepasados. Los escolares Fermín Díaz y Amaia Fernández lo tienen claro: hablar en bable "no ye de paletos, ye una demostración de respeto a nuestras tradiciones".

La concejala de Educación, Aurora Cienfuegos, destacó que es una responsabilidad de todos "nun dexar que añu tras añu piérdanse los últimos falantes y acabe desapareciendo", y abogó por aprender otras lenguas "sin dejar de hablar la nuestra".

Además de las intervenciones políticas y los textos, poemas y manifiestos leídos por los niños, también hubo hueco para el teatro. Eso sí, en asturiano, para demostrar que es una lengua que tiene cabida en cualquier expresión artística.