Los ladrones lo han vuelto a hacer. Saben que Llanera es una presa fácil y lo tienen en el punto de mira. En esta ocasión fue en Posada donde los cacos se cobraron su última víctima. Un objeto contundente, posiblemente una maza o un martillo, les sirvió para reventar la puerta trasera de la cafetería Iris, que da a la calle Carrión. Entraron, destrozaron la tragaperras, cogieron la caja registradora y salieron. Rápido y sin oposición. "Ellos se llevan el botín y nosotros aquí, jodidos, trabajando para ellos", se queja el hostelero afectado, un primerizo en estas lides que ayer se sumó a la interminable lista negra de locales "visitados" por los amigos de lo ajeno en el concejo.

Los hechos tuvieron lugar "entre las 6.20 y 6.30 horas de la madrugada". Pese a que el establecimiento se encuentra situado en pleno centro de Posada -su fachada principal mira para el parque Cuno Corquera-, los ladrones vieron una oportunidad en su puerta trasera, de acceso a la menos frecuentada y resguardada calle Carrión. Desde allí reventaron la puerta, accedieron al local, asaltaron la tragaperras y se llevaron una caja registradora que ni se molestaron en intentar abrir. Fue un abrir y cerrar de ojos.

"Lo que siento es, sobre todo, impotencia. Ver que no puedes hacer nada ante estas injusticias es frustrante. Ya no sabes si dejar el negocio y quedarte en casa o qué. Porque para acabar trabajando para esta gente...", lamentaba al mediodía de ayer Antonio García, todavía afectado por el robo.

Curiosamente, este asalto tuvo lugar a escasos metros del último robo registrado en la localidad. Por aquel entonces los cacos fueron más rebuscados: Robaron un vehículo en un garaje de la calle Prudencio González y lo estamparon contra un taller mecánico de la calle Agustín González -prolongación de la calle Carrión- del que se llevaron la recaudación. Cerca, pero dos casos muy diferentes.

Con el que sí guarda más similitudes es con el asalto a un establecimiento del vecino concejo de Siero la semana pasada. En aquel caso, como en el de la cafetería Iris, los ladrones también se llevaron la caja registradora, que apareció tirada en el camino de la Ería (Lugones) a la altura del túnel bajo la A-66 unos días después.