José María Álvarez, más conocido por todos como "Pipo", pregonará este año las fiestas de San Félix de Valdesoto, parroquia a la que se siente muy unido porque fue su párroco durante 24 años. En este tiempo le acogieron como un vecino más y, de hecho, sigue manteniendo vínculo con el pueblo. Se jubiló en 2011, con 70 años, y un año después se casó. Ahora vive en Oviedo. Es natural de Boo, concejo de Aller.

- ¿Se siente honrado por ser el pregonero?

-Sí. Estoy muy contento, pues es un honor que te escojan como pregonero.

- ¿Y más cuando dejó de ser su párroco hace 7 años?

-Nunca desconecté de Valdesoto, pues sigo perteneciendo a una peña gastronómica, colaboro con el rallye, me invitan a las fiestas... No desconecté. Después de 24 años viviendo allí, igual bauticé a muchos de la junta directiva o les di clase, porque fui profesor 19 años de Religión e Informática en el Instituto Río Nora de la Pola.

- Su vida ha cambiado mucho después de dejar Valdesoto, ¿verdad?

- Sí, me jubilé como sacerdote en el año 2011, con 70 años, y un año después, con 71, me casé. Hay que disfrutar cada momento. Antes fui feliz y ahora también lo soy.

- ¿Qué destaca de Valdesoto como pueblo?

-Sobre todo, el asociacionismo y las peñas que hay en torno a las carrozas, que dan mucha vida al pueblo, y los Sidros, que han recuperado hace unos años. Es un pueblo que siempre tuvo mucha vida y donde vivimos momentos muy emocionantes. Recuerdo cuando se unieron unas 70 personas para arreglar el campo de la iglesia. Estaban todos juntos por un mismo objetivo. También hay que destacar el empeño que puso todo el pueblo unido hace ya 10 años en conseguir ser "Pueblo ejemplar". En aquellos años no se le concedió a Valdesoto, creo que injustamente. Ello fue motivo de que se creara la asociación "Todos Juntos Podemos" y de que se editara el libro "Valdesoto del ayer al hoy", que se distribuyó en las casas de Valdesoto.

- Una de las peculiaridades físicas de la parroquia es su gran extensión en una zona rural. ¿Cómo influye?

-Sí, tiene gran extensión y los chigres son la pieza fundamental. Yo fui muy de chigre, de echar la partida en el bar, de la relación con la gente... Todo el mundo me trataba de tú y me llamaba Pipo. Es una gente encantadora. Así que me siento muy agradecido por ser su pregonero. Es mi segundo pueblo.

- ¿Qué se lleva de Valdesoto?

-El cariño de su gente, pues me siento muy querido y es una satisfacción para mí.

- ¿Ya se ha puesto a escribir el pregón?

-A escribirlo no, porque he estado coordinando y escribiendo una obra sobre Gaspar García Laviana. Hablaré de las asociaciones, de cómo tiene que ser un pueblo y de los valores que ha de tener.